José Rainha Junior, uno de los dirigentes del Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil, fue condenado hoy a 26 años de prisión en un sorprendente resultado del juicio en que es acusado de doble homicidio.
El jurado de Pedro Canario, pequeña ciudad del centrooriental estado de Espíritu Santo, lo consideró por cuatro votos a tres coautor del asesinato de un hacendado y un policía en 1989, durante invasión de una propiedad rural.
La condena a más de 20 años le asegura el derecho a un segundo juicio, en la misma instancia, para confirmar o no la sentencia, que fue fijado para el 16 de septiembre. Hasta entonces Rainha quedará en libertad.
Esa condena podrá reducir la movilización del MST o aumentar la agresividad de sus formas de lucha, basadas principalmente en la ocupación de predios improductivos y sedes gubernamentales, además de marchas por las carreteras del país, según distintas evaluaciones.
Este primer juicio, iniciado el lunes bajo presión de cerca 3.000 campesinos que prestaron solidaridad a Rainha, parecía encaminarse hacia la absolución. El testigo clave de la acusación, que decía haberlo reconocido en el lugar del crimen, no compareció, alegando que era objeto de amenazas.
En cambio, la defensa presentó a cinco testigos que aseguraron que Rainha estaba en el estado de Ceará, en el oreste de Brasil, a principios de junio de 1989, cuando ocurrieron los homicidios en cuestión.
Pero la fiscalía logró convencer a cuatro jurados de que Rainha fue coautor de los asesinatos, por organizar el grupo que practicó el crimen y ayudar su fuga.
La esposa de Rainha, Diolinda Alves de Souza, lloró al anunciarse el veredicto del jurado, junto con otros dirigentes del MST que acompañaron el juicio, concluido en la madrugada de este martes. Figura destacada del movimiento, estuvo presa dos veces desde 1995, por encabezar ocupaciones de tierras.
"Fue un juicio político, no sólo contra el ciudadano Rainha sino especialmente contra el MST", opinó el abogado defensor, Luiz Eduardo Greenhalg, diputado del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Rainha dijo que "no tenía dudas de que ese sería el resultado" desde antes del juicio y aseguró que seguirá luchando por la reforma agraria y que el movimiento mantendrá la misma intensidad.
Las "cartas estaban marcadas", según sus compañeros de la dirección del MST.
José Genoino, diputado del PT, reaccionó con indignación ante el fallo, recordando que están impunes los responsables de masacres de campesinos practicadas por la policía, como la de Corumbiara y Carajás, en el norte de Brasil, en las cuales murieron 30 "sin tierra" en 1995 y 1996.
Rainha se convirtió en el líder más conocido del MST en Pontal do Paranapanema, área de intensos y antiguos conflictos agrarios a 600 kilómetros de Sao Paulo. Antes dirigió movimientos campesinos en Espíritu Santo, donde ocurrieron los asesinatos de los que se le acusa.
En Paranapanema encabezó numerosas ocupaciones de predios por las 3.000 familias de "sin tierra" que viven en la región desde la década pasada, la mayoría en precarios campamentos.
El MST, que coordina más de 40.000 familias acampadas y otras 100.000 ya asentadas en todo el país, conquistó el apoyo de casi toda la población brasileña en su lucha por la reforma agraria, oponiéndose a la tímida meta gubernamental de asentar 280.000 familias de 1995 a 1998.
Por su gran popularidad y capacidad de movilización, el MST se convirtió en la fuerza opositora que más molesta al gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso, que aunque condena sus "métodos de lucha ilegales" a veces busca el diálogo con el movimiento. (FIN/IPS/mo/ag/ip/97