Los ambientalistas de Trinidad y Tobago no cuentan muchos puntos a favor de su causa, sino, por el contrario, motivos de creciente preocupación.
Un informe preparado por la Agencia de Administración Ambiental (EMA), por ejemplo, registra peligrosos niveles de gases tóxicos en la atmósfera, y una comisión designada por el gabinete comenzará pronto a estudiar de cerca el problema.
Cerca de tres cuartos del óxido nitroso presente en el aire de estas islas del Caribe proceden de los vehículos a motor, la mayoría de los cuales no utiliza gasolina sin plomo.
El aumento de los casos de asma y bronquitis infantil en algunas áreas particularmente afectadas fue atribuido directamente a los niveles inaceptablemente altos de emisiones de óxido nitroso de los vehículos.
Trinidad y Tobago tiene una población de 1,3 millones y más de 200.000 vehículos registrados, pero sólo unos pocos utilizan gas natural o gasolina sin plomo.
Se estima que los vehículos a gasóleo emiten aproximadamente un cuarto del dióxido y el monóxido sulfúrico de la atmósfera.
La EMA también señaló que las partículas suspendidas en el aire emitidas por motores diesel representan una grave amenaza para la salud de la población.
"Los científicos están descubriendo efectos mortales de las alteraciones del ambiente, trátese del agujero de ozono, la lluvia ácida o el cambio climático", señaló la ambientalista Molly Gaskin.
Van Stewart, periodista y ex director de escuela, señaló que la falta de tratamiento del problema de la contaminación del aire, especialmente por plomo, sugiere que el país continuará "atontando" niños.
"El plomo es un metal tóxico que afecta la sangre y el sistema nervioso. Los niños son especialmente sensibles y pueden sufrir desórdenes de conducta y una disminución de su cociente intelectual", confirmó la EMA.
También existe preocupación por el ambiente marino. Dwynette Eversley, presidenta de una comisión gubernamental que considera el problema, afirma que la polución "en algunas áreas degradó seriamente el ambiente costero y marino".
"Aunque los barcos causan 10 por ciento de la contaminación total, en ciertas áreas el daño que producen es considerable", explicó Eversley.
Sin embargo, "aunque la contaminación accidental por petróleo es la que recibe más publicidad, la mayor parte del daño es producido por descargas deliberadas al mar", afirmó.
"Durante siglos, ésa ha sido la forma normal de librarse de los desperdicios en el mar. No obstante, el mar no tiene una capacidad infinita para absorber todos los contaminantes", señaló Eversley.
Ian Cross, presidente de Watchdogs for the Environment, destacó que "mediante la educación y la experiencia estamos comenzando a darnos cuenta de los peligros que enfrenta nuestro país debido al daño ambiental" y auguró un "futuro negro".
El grupo de Cross presta particular atención a la creciente incidencia de la tala ilegal de árboles en los bosques tropicales húmedos de Trinidad.
"Existe una anarquía difícil de definir", señaló Cross, quien agregó que durante años no se han emitido permisos de explotación en las áreas boscosas peor afectadas últimamente. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/ml/en/97