/AMBIENTE/EE.UU: Corporaciones promueven productos químicos dañinos

(IPS) La revista Rachel's Environment & Health Weekly recordó la forma en que la presión de las grandes corporaciones mantiene en el mercado de Estados Unidos productos químicos perjudiciales para la salud, y una vez prohibidos en este país, los exporta a naciones en desarrollo.

La gasolina con plomo se vendió en Estados Unidos durante más de 60 años, incluso después que varios científicos advirtieran sobre sus efectos perjudiciales.

Las discusiones sobre el aspártamo, el edulcorante dietético, y el Alar, utilizado en Estados Unidos para mejorar las manzanas, también fueron manipuladas por intereses de las corporaciones, según la revista Rachel's, publicada en Maryland.

La revista, que desde hace más de una década informa sobre los efectos de toxinas en la salud humana, volvió a publicar extractos de una conferencia de 1925 sobre el papel de las corporaciones en las discusiones sobre salud humana y regulaciones gubernamentales.

La venta de gasolina con plomo fue temporalmente suspendida en Estados Unidos por decisión del Servicio de Salud Pública después que este se reuniera para determinar el daño causado a la salud por el uso del producto.

Los expertos de la reunión de 1925 explicaron que el tetraetilo o "eitlo" de plomo es un veneno poderoso, causante de daños cerebrales.

Cuando animales de laboratorio recibían dosis de emanaciones gaseosas de automóviles, el plomo atravesaba la placenta y causaba bebés de bajo peso, aborto espontáneo y nacimientos de bebés muertos.

Aunque entre científicos se aceptó en general en la reunión que el plomo es realmente tóxico, empresas petroleras y químicas no estuvieron de acuerdo.

"Porque algunos animales mueren y otros no en algunos experimentos, ¿debemos renunciar totalmente?", preguntó Frank Howard, de Ethyl Corporation.

El criterio de las compañías prevaleció, y en un año la suspensión de la gasolina con plomo fue levantada.

A mediados de los años '80, no obstante, el Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos (NRC) calculó que los niveles de emisión de plomo habían aumentado unas 700 veces desde los días de Cristóbal Colón. El grueso de la población, afirmó, provenía de los automóviles.

En 1994, un estudio publicado en el periódico de la Asociación Médica Americana reveló que 37 por ciento de los niños afroamericanos, la mayoría de quienes viven en barios pobres dentro de las ciudades tenían en la sangre niveles de plomo considerados peligrosos.

La manufactura de gasolina con plomo fue finalmente prohibida en 1989, y las ventas se detuvieron en diciembre e 1995.

Según Tom Hogarty, del Instituto Americano de Petróleo, la gasolina con plomo aún se vende en la "vasta mayoría" de los países del Sur en desarrollo. "Ya no está en Estados Unidos, y creemos que eso está bien. Pero no le decimos a otros países qué hacer", comentó.

Peter Montague, editor de Rachel's, sostiene que las discusiones públicas sobre salud comparten una historia similar en una variedad de otros productos químicos.

La Administración Federal de Drogas (FDA) suspendió hace 15 años la venta de aspártamo químico, manufacturado por la empresa farmacéutica G.D. Searle. El aditivo, mejor conocido como Nutrasweet o Equal, es utilizado como edulcorante en algunas bebidas dietéticas. Varios científicos de la FDA habían sospechado que la sustancia causaba cáncer cerebral.

Una comisión de expertos del gobierno concluyó en octubre de 1980 que "la evidencia sugiere que el aspártamo podría inducir tumores cerebrales" en ratas de laboratorio. La comisión recomendó que el aspártamo "no sea aprobado para la comercialización hasta que se realicen nuevas pruebas para resolver este punto".

La FDA revocó la licencia de Searle para vender aspártamo en 1981. Pero más adelante ese año, Arthur Hull Hayes, Jr., nuevo presidente de la FDA designado por el presidente Ronald Reagan, revirtió la decisión y aceptó el uso del aspártamo como sustituto del azúcar.

Hayes extendió la licencia de Searle en 1983, para incluir el uso de la sustancia en bebidas refrescantes.

Un estudio publicado en noviembre por John Olney, de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, revela una correlación entre un fuerte incremento de cáncer cerebral entre la población de Estados Unidos en las décadas de 1980 y 1990 y la exposición al aspártamo.

Montague informa sobre una historia similar con el químico Alar, un regulador del crecimiento que evita que la fruta caiga al suelo naturalmente.

Manufacturado por la empresa con sede en Connecticut, al Alar permite que los productores de manzanas recojan la cosecha de una sola vez, y hace a las manzanas más resistentes a los golpes. El producto químico también prolonga la vida de la cáscara y oscurece el rojo, dándoles una ventaja cosmética.

Tras varios estudios que revelan que el Alar causa cáncer en animales de laboratorio, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) anunció en 1984 que investigaba los riesgos de cáncer entre personas que comieron manzanas y maníes con Alar.

En un resultado de investigaciones divulgado el 1 de febrero de 1989, EPA dijo que 45 personas en un millón arriesgan enfermar de cáncer a causa del Alar.

Un informe de 1989 del Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC) dijo que, entre 22 millones de alumnos preescolares entre 4.700 y 6.000 enfermarán de cáncer a causa de la exposición al Alar.

El informe provocó una reacción inmediata de la industria de la manazana, la cual pagó más de un millón de dólares a la firma de relaciones públicas Hill & Kowlton para diseñar anuncios diciendo que una persona tendría que comer una carga de tren de manzanas por día para ser dañada por Alar.

Uniroyal retiró el Alar del mercado estadounidense en noviembre de 1989, en respuesta a la presión pública. Mientras, Uniroyal desarrolló mercados exportadores en 71 países en desarrollo. (FIN/IPS/tra-en/pc/yjc/lp/en-if/97

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