Gran Bretaña, aliada en la ocasión con Corea del Sur y Japón, intervino con enfoque conciliatorio en la polémica sobre la medicina tradicional china, que es acusada por ambientalistas occidentales de fomentar la caza ilegal de especies en riesgo de extinción.
Un informe preparado por Gran Bretaña para la Convención de las Naciones Unidas sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) califica de "forma legítima de tratamiento médico" a medicamentos con ingredientes como cuerno de rinoceronte, huesos de tigre y bilis de oso.
"La medicina tradicional de Asia oriental no puede ser rechazada como si de superstición se tratara sólo porque no se adapta a las ideas de la medicina occidental", se advirtió en el informe.
Significativamente, Gran Bretaña presenta su documento junto con Japón y Corea del Sur. La décima sesión de las partes signatarias de CITES tendrá lugar en Victoria Falls, Zimbabwe, del 9 al 20 de este mes.
La CITES, aprobada en 1973 y firmada por 135 naciones, pretende controlar el comercio de animales y plantas en riesgo de extinción y de los productos derivados de los mismos.
La convención prohibe el comercio de "todas las especies amenazadas" y aplica estrictos controles a las que se encuentran en riesgo menor.
Interpol (Policía Internacional) calcula que el tráfico ilegal de especies silvestres representa más de 6.000 millones de dólares por año y sólo es aventajado por el contrabando de drogas.
Las partes de la convención abordarán en Zimbabwe, por primera vez desde la aprobación de la CITES, el caso de la medicina tradicional china, que ha sido acusada de estimular la caza furtiva de animales amenazados,
"Es todo un acontecimiento", observó Bobbie Jo Kelso, del grupo británico TRAFFIC, que vigila la situación de la vida silvestre en el mundo. Varias organizaciones de Gran Bretaña y Estados Unidos se oponen terminantemente al uso de partes de animales para el tratamiento de enfermedades.
Algunos grupos ponen en duda el valor de los medicamentos obtenidos de animales, afirmando que su eficacia no está comprobada. También sostienen que no se trata de productos tradicionales y atribuyen el aumento de la demanda al crecimiento económico del este y sudeste de Asia.
"No hay pruebas de la eficacia de esos remedios. Esa destructiva superstición es, sin duda, la causa principal de la crítica disminución en los últimos años de la presencia del tigre", señaló el grupo Tiger Trust, de Gran Bretaña.
El informe de Gran Bretaña, Japón y Corea del Sur admite que la desigualdad económica favorece el tráfico no sustentable de partes de animales.
"Los estados consumidores figuran entre los más ricos del mundo y pueden pagar casi cualquier precio para obtener las medicinas que desean", según el informe.
Mientras, "los estados que disponen de materias primas para la medicina tradicional son pobres y, en algunos casos, los traficantes obtienen grandes ganancias con un solo animal o planta", se agregó.
Entre los animales amenazados por el comercio que genera la medicina china se cuentan osos, tigres, rinocerontes y el ciervo almizclero chino, cuya población se redujo a la tercera parte desde los años 50.
El mercado negro de tigres de India manejó en 1995 unos 25 millones de dólares en el este y sudeste de Asia, de acuerdo con Tiger Trust.
El informe de los tres países desilusionará probablemente a los defensores de la vida silvestre, que exigen normas más estrictas de carácter nacional e internacional para impedir el tráfico ilegal de animales.
Aún hay en China "pequeñas cantidades disponibles" para la venta de cuernos de rinoceronte, huesos de tigre y sus derivados medicinales, pese a que Beijing ha prohibido ese tráfico, según una investigación realizada por TRAFFIC en ese país.
Mientras, el gobierno británico advirtió que en Asia se afirma que la prohibición internacional del comercio de cuernos de rinoceronte "ha impedido la atención médica a personas afectadas de enfermedades graves".
Así mismo, la comunidad médica de Asia oriental considera la campaña de ambientalistas de países industrializados contra la medicina china "un ataque contra la cultura" de la región, agregó.
En lugar de criticar la medicina china, el informe británico pide a los farmacéuticos de Asia oriental que encuentren ingredientes alternativos y desarrollen programas de cría en cautiverio de las especies amenazadas.
CITES no autorizó a China a comerciar huesos de tigre siberiano criado en cautiverio, por temor a la confusión entre venta legal e ilegal. El tigre siberiano está clasificado como especie en riesgo de extinción.
La medicina tradicional china no es un problema "exclusivo de Asia, pues se puede hallar en todo el mundo", observó Kelso, de TRAFFIC.
Aunque fuera de Asia es utilizada principalmente por emigrantes asiáticos o sus descendientes, es cada vez más frecuente su uso por también por occidentales sin el conocimiento específico necesario, que recurren a la medicina tradicional china en busca de curas naturales.
(*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la compañía internacional de comunicaciones Panos Features, de Londres. (FIN/PANOS/tra-en/fp/dds/aq/en/97