La participación de la liberiana Ruth Perry en la 33 cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OAU) la semana pasada en Harare sorprendió a muchos pero también fue razón de orgullo para las mujeres de Zimbabwe.
Perry es la primera mujer en convertirse en jefa de Estado en Africa, si bien de forma interina, y fue la única en medio de una treintena de líderes africanos presentes la semana pasada.
"Llevó mucha paciencia llegar a donde estoy hoy. Lo primero que hice cuando fui designada para encabezar el consejo interino que gobierna la transición en Liberia fue rezar", dijo Perry ante grupos de mujeres de Zimbabwe.
El gobierno de transición surgió por un acuerdo de paz entre grupos armados de Liberia. Su mandato terminará luego de las elecciones, previstas para mediados de julio.
La receta para el liderazgo es ser "firme, flexible, amorosa y paciente", explicó Perry. Las mujeres cuentan con estas cualidades, dijo, y agregó que convertirse en líder fue un desafío.
La gobernante añadió que está escribiendo un libro, "Mi vida en una jaula", sobre su experiencia política.
Perry tuvo éxito en su camino a la cumbre de la pirámide política masculina, pero la OAU aún tiene asignaturas pendientes si aspira a integrar a pleno a las mujeres africanas en su estructura.
"La secretaría de la OAU es un bastión masculino. No hay mujeres" entre los dirigentes de la organización con sede en Adis Abeba, dijo Joyce Mends Cole, asesora regional de género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"Salim Ahmed Salim, secretario general reelecto de la OAU, debería dedicar los cuatro años que le quedan en el cargo para aumentar la cantidad de mujeres en puestos jerárquicos del organismo y para alentar la perspectiva de género en los debates de la OAU", agregó Mends Cole.
Salim, reelecto en la cumbre de la OAU celebrada entre los días 2 y 4, y los cinco subsecretarios generales son hombres. De los cinco directores de la organización, apenas una es mujer, recordó Yetunde Teriba, encargada la Unidad de la Mujer, un departamento del bloque.
"La OAU refleja a sus estados miembros. No hay muchas mujeres que ocupen puestos en que se tomen decisiones importantes tanto en la secretaría de la organización, al igual que lo que ocurre en los gobiernos africanos", dijo Teriba.
La mayoría de las mujeres que integran el personal de la OAU son secretarias administrativas, añadió.
La existencia de la Unidad de la Mujer "no significa que la cuestión de género sea importante" en la OAU, dijo Teriba.
La mayor parte de los programas de la unidad surgen del Tratado de Abuja, de 1991, sobre la creación de una Comunidad Económica Africana, y del Programa Africano para el Progreso de la Mujer, de 1994, adoptado en Dakar, Senegal, explicó Teriba.
El artículo 75 del tratado de Abuja se refiere a la potenciación económica de las mujeres.
"La Unidad de la Mujer continúa marginada, pero intentamos trabajar con todos los sectores de la OAU para influir sobre la política y la contratación de más mujeres en puestos de mayor jerarquía de la secretaría", dijo Teriba.
Mends Cole dijo que la unidad "no trabaja en un ambiente que le permita realizar su trabajo y no cuenta con recursos". Apenas dos personas trabajan en la unidad y se contratará a una tercera.
"La Unidad de la Mujer debe contar con la supervisión directa de la Secretaría General, lo que le otorgaría mayor autoridad y visibilidad. Ello revelaría la seriedad de la Secretaría General hacia el avance de las mujeres y la contratación de más mujeres para cargos jerárquicos", dijo la funcionaria.
"Africanos y países donantes quieren que la OAU se transforme para que sea una institución representante de todos los habitantes del continente. Las africanas no pueden sentirse representadas si no participan en la organización", dijo Mends Cole.
Teriba señaló que conseguir la inclusión de mujeres en los puestos jerárquicos del organismo es solo la mitad de la batalla. "En las últimas reuniones ministeriales de la OAU notamos que sólo dos mujeres participaron", agregó.
El Consejo de Ministros de la OAU sesiona dos veces al año, con posibilidad de sesiones extraordinarias.
"En la reunión de los cancilleres de OAU en Harare, antes de la cumbre, apenas hubo una mujer", agregó Teriba.
En la cumbre de OAU en Harare, que también fue la primera reunión de la Comunidad Económica Africana, los problemas de las mujeres surgieron en el orden del día solo en dos ocasiones, en ambas, relacionadas con el problema de la paz.
"Resolvieron crear la Comisión de la Mujer para la Paz, que dependerá de la OAU. De no haber sido por la presión de las mujeres, esa decisión habría sido aplazada", informó Mends Cole.
La comisión funcionará con el organismo central de la OAU. El órgano autónomo estará integrado por 16 mujeres en total, cuatro de Africa occidental, y tres del este, centro, sur y norte del continente, respectivamente.
La segunda referencia a las mujeres en la 33 cumbre de la OAU surgió cuando la esposa del dictador de Nigeria, Maryam Abacha, se refirió a una iniciativa de paz lanzada por las primeras damas de Africa en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, y analizada en Abuja en mayo.
"La OAU debe darse cuenta que el cambio no solo beneficiará a las mujeres. Los problemas de Africa necesitan una estrecha asociación de hombres y mujeres", dijo Mends Cole.
"La OAU debe tomar la delantera sobre igualdad de género al garantizarla dentro de la secretaría del organismo y debe defender la igualdad y la importancia del género en relación al desarrollo. Ello beneficiaría a todos los países y pueblos africanos", agregó. (FIN/IPS/tra-en/pm/kb/aq-mj/pr ip/97