YEMEN: Mujeres se lanzan a la política

En una región donde las mujeres no pueden conducir un automóvil y mucho menos votar, las mujeres de Yemen tienen el derecho de hacer ambas cosas, en una joven democracia que esta semana celebró elecciones parlamentarias.

Diecinueve candidatas participaron en los comicios del pasado domingo, donde estaban en juego 301 puestos legislativos. Los observadores internacionales sostienen que las elecciones fueron justas y libres, a pesar de incidentes de violencia en la campaña electoral.

Yemen es el único país de la península arábiga donde la mujer tiene derecho a votar con 1,3 millones de mujeres registradas, más del doble de la cifra habilitada desde la última elección en 1993, en que dos mujeres resultaron electas.

Aunque los resultados no son definitivos, se estima que las mujeres electas para la asamblea legislativa serían al menos cinco, si el partido gobernante de Yemen, que prometió una mayor participación de la mujer en el parlamento, retorna al poder.

De 247 distritos contabilizados, el Congreso General del Pueblo obtuvo una mayoría de 157 miembros mientras que el islámico Al- Islah logró 43, informó el miércoles la Comisión Electoral.

La cuarta parte de los 4,6 millones de votantes registrados son mujeres, la mayoría analfabetas, pero ejercen su derecho al voto, aunque muchas veces son influidas por sus esposos. En las zonas rurales, 80 por ciento de las mujeres son analfabetas, mientras que en las ciudades la proporción se reduce a 70 por ciento.

En varios actos electorales durante la campaña, hubo mujeres oradoras que leran aclamadas por los hombres. Las mujeres, con velo, estaban presentes entre el público, pero se mantenían en el fondo y en silencio.

"Podemos trabajar, hablar, realizar discursos políticos en la calle, somos candidatas y podemos ingresar al parlamento", declaró Raufa Hassan, candidata del Partido Nacionalista Arabe.

La subsecretaria de Información, Amat Al-Alim Alsowsa, sostuvo que hubo grandes avances en los últimos años, ya que 23 por ciento de los estudiantes de la Universidad de Sanaa son mujeres, mientras que en 1970 sólo habían 10 alumnas.

"Todos quieren el voto de la mujer, todos hablan mucho pero nadie toma medidas para estimularlas", dijo Amat, la primera mujer designada para un cargo gubernamental importante.

El jeque Abdel Majid Zendani, líder del partido islámico Al- Islah, criticó recientemente la designación de Alsowa y declaró su oposición al ingreso de mujeres en el parlamento, lo que provocó el rechazo de los candidatos.

"Dios creó sensibles a las mujeres y no les dio un carácter fuerte, y la emoción no conviene al liderazgo", dijo Zendani en una entrevista con la prensa.

Alsowsa criticó la "interpretación personal" de Zendani y dijo que "podemos demostrar con nuestro trabajo que somos iguales".

Todos en Yemen reconocen que la aprobación de los hombres es necesaria para que las mujeres voten y trabajen. En el sur, que se unió al norte en 1990, las mujeres perdieron derechos que tenían bajo el régimen socialista.

Durante ese gobierno, había mujeres juezas y aun líderes del Partido Comunista en el poder, pero luego de la victoria del norte conservador en la guerra civil de 1994, muchas de esas ventajas desaparecieron.

Las activistas ven a la democracia como su oportunidad para la lucha política. Algunas argumentan que, mientras el gobierno defiende sus logros en materia de desarrollo, no toma medidas concretas sobre los derechos de la mujer.

Las mujeres trabajadoras todavía inquietan a muchos en un país que sigue siendo conservador y está orgulloso de sus tradiciones, afirmaron.

Más de 2.300 candidatos compitieron por los 301 puestos del parlamento. La elección del 27 de abril fue el primer ejercicio electoral democrático en Yemen desde la guerra civil de 1994.

Las mujeres habrían superado a los hombres en un distrito de la capital, Sanaa, según observadores electorales.

Muchos yemenitas piensan que el voto es un indicador esencial de si la democracia puede perdurar en este país pobre del sur de la península arábiga.

Los 16 observadores internacionales de Estados Unidos, Unión Europea, Noruega, Polonia, Rusia, Indonesia, Argelia, Líbano, Bahrain y Egipto declararon que las elecciones fueron relativamente libres y justas. También hubo 18.000 observadores locales.

El control de las elecciones fue organizado por la Organización de las Naciones Unidas y Holanda, el mayor donante de Yemen, clasificado por el foro mundial como uno de los países más pobres del mundo. (FIN/IPS/tra-en/am/an/aq-ml/ip-pr/97

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