Los derechos laborales y a la salud de las 900 adolescentes que elaboran en Vietnam juguetes para McDonald's, la mayor cadena de comida rápida del mundo, son gravemente violados, denunciaron activistas.
Los 1.000 trabajadores de la fábrica Keyhinge Toys en Da Nang City, Vietnam, noventa por ciento de los cuales son mujeres de entre 17 y 20 años de edad, son obligados a trabajar entre nueve y diez horas diarias los siete días de la semana, aseguraron.
Esta fábrica, propiedad de empresarios de Hong Kong, confecciona las "cajitas felices" ("Happy Meals"), juguetes obsequiados a los niños junto con los platillos de McDonald's, según el Comité Nacional de Trabajo (NLC), una organización de derechos laborales con sede en Nueva York.
Los trabajadores de Keyhinge reciben salarios menores a los niveles mínimos legales. Las condiciones sanitarias son tan malas que 220 obreras sufrieron el 21 de febrero una grave intoxicación con acetona.
El Centro de Investigaciones de Asia (AMRC) con sede en Hong Kong reveló que muchas obreras de la fábrica reciben apenas un salario de "aprendiz" de seis centavos de dólar por hora, muy por debajo del mínimo legal en Vietnam. Las más afortunadas obtienen ocho centavos de dólar por hora.
En Hanoi o Ciudad Ho Chi Minh (ex Saigón), el salario mínimo legal para trabajadores en empresas industriales extranjeras es de 50 dólares mensuales, que se reducen a 35 dólares en el resto de las ciudades vietnamitas.
El salario que permitiría cubrir las necesidades de vivienda, alimentación y transporte de los trabajadores de Vietnam debería ser de 65 dólares mensuales, cuatro veces más de lo que podría obtener una obrera de Keyhinge si trabajara 10 horas al día un mes entero sin asuetos, según el AMRC.
Pero los salarios bajos no constituyen, según el estudio, el peor problema de las trabajadoras, sino "la exposición a grandes cantidades de acetona en el aire", en especial en la sección de pintura.
La exposición prolongada a la acetona, un solvente líquido incoloro, provoca mareos, náuseas, fuertes dolores de cabeza y desmayos. También puede afectar los ciclos menstruales.
En el incidente del 21 de febrero, 220 obreras debieron abandonar sus tareas. Veinticinco sufrieron colapso. Tres fueron admitidas en un hospital, según el AMRC.
Al día siguiente, la empresa despidió a dos centenares de trabajadores que reclamaban mejoras en las condiciones sanitarias. Pero Chen Wei Qing, subdirector de la fábrica, aseguró luego que se trataba de una suspensión "temporaria" que atribuyó a "malentendidos".
Ciento cincuenta regresaron al trabajo dos días después.
Organizaciones estadounidenses y asiáticas de defensa de los derechos laborales han manifestado reservas no solo por la operativa de Keysinge en la materia, sino de McDonald's y M-B Sales, la empresa contratista de Chicago que encargó a la firma de Hong Kong la fabricación de los juguetes.
"Es necesario que McDonal's coopere en forma directa con especialistas en materia de salud y seguridad laboral que deben efectuar inspecciones independientes en las fábricas que contrata", recomendó en una carta a la firma estadounidense Chan Ka Wai, del Comité Industrial Cristiano de Hong Kong.
Los responsables de los restaurantes de McDonald's en Hong Kong replicaron que la responsabilidad sobre las condiciones de trabajo en fábricas en China y Vietnam es responsabilidad absoluta de M-B Sales.
Un portavoz de McDonald's dijo al diario estadounidense The Boston Globe que se trata de "acusaciones sin sustento a medio mundo de distancia" y calificó la intoxicación con acetona de "incidente aislado".
Una vocera de M-B Sales en Chicago dijo a IPS que la firma contrata a empresas extranjeras para la confección de ropa, pero no está involcrada en la fabricación de juguetes en ninguna parte del mundo.
Sin embargo, Paul Neppes, vicepresidente de la filial de M-B Sales en Hong Kong, lo había admitido el mes pasado al reunirse con activistas que le reclamaron por las operaciones de las fábricas contratadas y prometer, según Chan, que la empresa investigaría el caso.
Charles Kernaghan, director del NLC, estimó que McDonald's sigue la pauta de conducta típica en estos casos, que consiste en atribuir la responsabilidar a las empresas que contrata o subcontrata y negar cualquier involucramiento en violaciones al derecho laboral.
La popular campaña promocional de la "Cajita feliz" "no debería sustentarse en el trabajo de adolescentes y niñas vietnamitas obligadas a trabajar 70 horas semanales por seis centavos y en condiciones peligrosas", agregó Kernaghan. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/mj/lb hd if/97