SWAZILANDIA: Mujeres aprovechan apertura para reclamar derechos

Grupos de mujeres de Swazilandia, pequeño país de Africa austral donde rige una monarquía absoluta, aprovechan las señales de apertura política del régimen para luchar por sus derechos.

"Llega un momento en que las cosas cambian, y el momento para Swazilandia es ahora", destacó M. Mkota, principal secretario del Ministerio del Interior, del que depende el organismo nacional de la mujer.

En el último año, el pequeño reino montañoso regido por el rey Mswati III sufrió una ola de huelgas industriales y manifestaciones en demanda de la sustitución de la monarquía absoluta por una democracia multipartidaria.

En julio de 1996, el rey Mswati designó una comisión constituyente para que recabara la opinión del pueblo y redactara un proyecto para una nueva Constitución.

Las mujeres aprovecharon los vientos de cambio en el país y comenzaron a pelear por sus derechos.

A la cabeza del movimiento para la participación de la mujer en los asuntos nacionales está el Comité de Género y Asuntos de la Mujer de Swazilandia (SCOGWA), una institución coordinadora.

SCOGWA trabaja para que Swazilandia se convierta en "una nación donde todas las personas se consideren y acepten como ciudadanos en igualdad de condiciones en todos los ámbitos… para que tanto hombres y mujeres puedan mejorar sus vidas", declaró el organismo.

Debido al fuerte sistema patriarcal, este país de Africa austral no tenía hasta este año una política definida para asegurar que los problemas de la mujer estuvieran integrados con el resto de los asuntos de gobierno.

A principios de 1997, gracias a la presión de las mujeres, el gobierno comenzó a tomar medidas correctivas para que la cuestión del género sea incluida en la política de desarrollo nacional.

Las autoridades lanzaron este año el Plan de Reforma Económica y Social que "recibió un gran apoyo del pueblo", según Mkota. La iniciativa también contiene un fuerte componente de género.

En lo que fue un gran avance para las mujeres, el gobierno prometió firmar y ratificar este año la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Contra la Mujer. Swazilandia es el único país de los 12 miembros de la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral (SADC) que no la firmó aún.

Los otros miembros de la Comunidad son Angola, Botswana, Lesotho, Mauricio, Mozambique, Malawi, Namibia, Sudáfrica, Tanzania, Zimbabwe y Zambia.

"Esperamos ratificar la Convención antes de fin de año", manifestó el secretario Mkota, y agregó que un comité de funcionarios del gobierno está analizando el documento para que el gabinete ministerial adopte una decisión.

Durante las celebraciones del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, la Convención fue el tema central de los grupos que luchan por los derechos de las mujeres.

El documento fue traducido al swazi, el idioma nacional, para que sea debatido en todo el país.

La nueva Estrategia de Desarrollo Nacional del gobierno también incluye la creación de un subcomité de asuntos de la mujer y de género dentro de los organismos encargados del proceso de planificación nacional.

El subcomité tendrá el propósito de identificar los problemas relacionados con el género y desarrollar estrategias para resolverlos.

"Las necesidades nacionales no sólo fueron identificadas por los grupos nacionales de mujeres, el SCOGWA y la Estrategia de Desarrollo, sino que también fueron reafirmadas por la Comisión de Revisión Económica y varios líderes de opinión dentro del país", señaló el Plan Nacional de Acción de Swazilandia.

"Podremos ser conservadores pero a la vez somos progresistas", dijo una participante de la conferencia de SADC sobre género, realizada el mes pasado en Swazilandia.

Mujeres que luchan por los derechos humanos advierten que, aunque las victorias obtenidas deben celebrarse, aún queda mucho por hacer.

Aunque el país firme la Convención, hay costumbres muy arraigadas que obstaculizan la plena participación de la mujer en la sociedad y sólo podrían eliminarse mediante un intenso intercambio entre el pueblo y el gobierno, señaló una abogada.

"Por ejemplo, una viuda no puede sentarse delante de otras personas porque se supone que, al darles la espalda, les transfiere su mala suerte", y tampoco puede estar con otras personas mientras esté de luto, especialmente con hombres, explicó.

Por lo tanto, la lucha debe continuar hasta que se modifiquen tales prácticas discriminatorias, concluyó. (FIN/IPS/tra-en/gk/pm/aq-ml/pr/97

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