Una investigación de Venezuela sobre apenas 1.500 kilómetros cuadrados de su Amazonia encontró 1.000 plantas con potencial curativo, y 40 de ellas de posible aplicación al esfuerzo por hallar remedio al sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
"Registramos 40 plantas que inhiben las fases de multiplicación viral, la entrada de los virus a las células sanas y su ensamblaje dentro de la célula", dijo el médico Fabián Michelangeli, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y conductor del trabajo.
Por su similitud con la acción de los virus examinados frente a las 40 plantas, el virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida, podría encontrar en ese manojo vegetal un enemigo que lo derrotase, indicó el médico.
La investigación en una pequeña área en las cuencas de los ríos Ventuari y Cuchivero, afluentes del Orinoco, 600 kilómetros al sur de Caracas, encaró 6.000 de las 25.000 especies de árboles y arbustos inventariadas en Venezuela, y encontró 1.000 con potencial curativo.
Además, se hallaron 300 hongos visibles, dijo Michelangeli, recordando que en esa familia está el origen de la penicilina. "Casi la mitad de los medicamentos que se usan en el mundo son derivados de plantas, y la industria farmacéutica" vuelve a ese campo", tras décadas de diseños de laboratorio", comentó.
Las etnias indígenas de la zona -piaroas, guajibos y yabaranas- emplean con fines curativos 200 de las plantas sometidas al inventario de Michelangeli.
En el área, Yutajé, pueden encontrarse especies capaces de frenar los rotavirus, causantes de 60 por ciento de los casos de diarrea que obligan en Venezuela a la hospitalización de los afectados, y de la gastroenteritis. Nueve especies podrían usarse contra la tuberculosis y más de 20 frente a la malaria.
Michelangeli dijo al diario El Nacional, de Caracas, que "este ecosistema en pie es mucho más rentable que la minería. Si por extracción de minerales obtuvimos 600 millones de dólares el año pasado, por cada compuesto derivado de plantas podríamos recibir 400 millones".
Esas cifras contrastan con las dificultades de la investigación, cumplida durante meses con un financiamiento de 120.000 dólares recolectados entre la estadounidense Universidad de Cornell, la fundación privada Terramar y el Instituto para el que trabaja Michelangeli.
El equipo de 18 mujeres y hombres que le acompaña en la investigación ha elaborado un proyecto a cinco años, con un costo de tres millones de dólares -aún por conseguir- que establecería la plataforma para el aprovechamiento del potencial de Yutajé.
"Esperamos instalar un laboratorio en la zona, armar un panel de compuestos con efectos farmacológicos comprobados, un herbario virtual -cada especimen en un archivo computarizado- y reforzar los centros para la investigación" ya existentes en Venezuela, concluyó Michelangeli. (FIN/IPS/jm/ff/he sc/97