Los sindicatos de Nigeria no podrán afiliarse a organizaciones internacionales de trabajadores sin la autorización del gobierno, y los que ya están vinculados a esas asociaciones tendrán que retirarse.
La prohibición consta en el decreto 29 de la junta militar nigeriana, que fue aprobado a fines de 1996, pero promulgado sólo en abril.
De esa manera, el Congreso del Trabajo de Nigeria (NLC) y los 29 sindicatos industriales del país únicamente podrán ingresar en la Organización de Unidad de Sindicatos Africanos (OATUU) y en otras asociaciones internacionales si lo aprueba el gobierno.
La autorización debe tramitarse ante el "ministro a cargo de asuntos sindicales, especificando la información que el ministro pueda requerir".
El ministro podrá revocar el derecho a la asociación de los sindicatos que infrinjan el decreto 29, que entró en vigor en vísperas de este 1 de mayo, día internacional de los trabajadores.
"Las personas que contravengan las disposiciones de este decreto incurrirán en delito", que será castigado con multa de 1.200 dólares y con pena de prisión de cinco años.
Los sindicatos proyectan reunirse para analizar el decreto, que retoma una prohibición impuesta en 1978 al NLC, que impedía su afiliación a todo organismo internacional excepto la OATUU.
La OATUU está integrada por sindicatos de los países miembros de la Organización de Unidad Africana.
El decreto "actualiza una disposición anterior, que prohibía al NLC unirse a organizaciones internacionales", y la amplía, "para abarcar a los 29 sindicatos industriales", señaló a IPS Jimmy Chijioke, del Colegio del Personal Administrativo.
Se trata de "una buena norma, dados los antecedentes históricos". La afiliación a organizaciones internacionales "afectó la unidad de la clase trabajadora de Nigeria", argumentó Chijioke.
Los sindicatos nigerianos permanecieron divididos durante la guerra fría. Algunos pertenecían a la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, pro occidental, y otros a la socialista Federación Sindical Mundial.
"La intervención extranjera fue el problema que siempre enfrentaron los trabajadores nigerianos cuando quisieron unirse", según Chijioke.
"El movimiento sindical está bien organizado y, si sus dirigentes no son leales a la patria, puede ser utilizado contra la seguridad nacional. Los sindicatos extranjeros son poderosos y podrían mantener al gobierno como rehén", agregó.
El decreto fue redactado dos años después de la huelga por la democracia, llevada adelante en 1994, durante seis meses, por la Unión Nacional de Trabajadores de Petróleo, Energía y Gas Natural.
La huelga paralizó la economía y los servicios sociales y, una vez finalizada, el gobierno sustituyó por sus propios candidatos a los líderes sindicales elegidos.
"No digo que el gobierno se equivoque, pues no conozco las relaciones que mantienen algunos sindicatos con asociaciones internacionales", declaró Gabriel Falade, secretario general del Sindicato Nigeriano de Maestros, al informar que las organizaciones laborales analizan el decreto gubernamental.
"Varias organizaciones sindicales internacionales son buenas para el país", aseguró Falade.
Mientras, Chijioke observó que las organizaciones sindicales extranjeras pueden canalizar a través de la OATUU su colaboración con el movimiento laboral de este país. "De esa manera, la asistencia no será sospechosa", explicó.
Macaulay Adebolu, de la universidad estatal de Lagos, sostuvo que la prohibición impuesta "expresa la percepción que el gobierno tiene de la comunidad internacional".
"Creo que (el régimen militar) considera que la comunidad internacional no ha tenido un comportamiento justo con Nigeria", al reaccionar contra la anulación de las elecciones de 1993, en las que triunfó la oposición.
El gobierno "desea evitar tal vez la apertura de otra fuente externa de presión", al prohibir la libre afiliación a las asociaciones internacionales de trabajadores, opinó Adebolu.
Naturalmente, las autoridades impedirán todo vínculo con organizaciones sindicales de Canadá, Estados Unidos y Sudáfrica, dada la enemistad que manifestan de esos tres países ante la junta militar nigeriana, agregó.
"Pero si bien es posible prohibir la afiliación legal, será difícil evitar la interacción informal con sindicatos del exterior, que es más peligrosa, porque no se puede controlar", advirtió Adebolu. (FIN/IPS/tra-en/ro/kb/aq-ff/lb/97