La historia como gesta de los hombres, una concepción traída a América por los conquistadores europeos, esconde el papel protagonico que desempeñaban las mujeres en el antiguo Perú, segun estudios de las investigadoras Imelda Vega y Maria Rostworoski.
"Hasta ahora, la historia de nuestro país es el relato de acontecimientos promovidos, encabezados y ejecutados por varones, y se omite el papel de las mujeres", dijo Vega, una socióloga vinculada a la Universidad Católica.
Se trata de "una omisión injusta y distorsionadora, especialmente en las sociedes prehispánicas, donde la participación fememina era fundamental", agregó.
Vega señaló que "en los textos escolares de historia no aparecen mujeres, con la solitaria excepción de Francisca Gamarra, quien en 1833, con el título de 'Mariscala', fue jefa del ejército de Perú".
"La colonización europea impuso plenamente la ley del varón, una forma de organización social caracterizada por la hegemonía masculina, que se afirmó en Europa a través del cristianismo, que a su vez lo tomó de los semitas", según la investigadora.
"La ley del varón como forma social de hegemonía masculina se expresa no sólo en el aspecto político y económico, sino también en el cultural, y el llamado machismo es la defectuosa visión del mundo que origina", explicó.
Cuando los españoles llegaron a Perú surgían en este país las formas sociales correspondientes a la ley del varón, "que la hegemonía política y militar de los incas imponía progresivamente. Pero todavía quedaban culturas con equilibrio de genero", dijo Vega.
"Por ejemplo, algunos señoríos de la costa norte no eran dirigidos por jefes varones, sino por mujeres, las famosas Capullanas, que dieron fiera batalla a los conquistadores españoles", comentó.
Los conquistadores españoles se aliaron "con los caciques varones, para gobernar la colonia. Desconocieron y subordinaron a las mujeres y eclipsaron su papel", continuó.
"Los esquemas miticos sirven para dar una lectura de la realidad y hay mitos universales, como el de las amazonas, que reflejan el temor del mundo masculino a la subversión de las mujeres", concluyó Vega.
Por su parte, Rostworoswki, investigadora principal del Instituto de Esttudios Peruanos, halló en la evaluación y análisis de los mitos y las iconografías prehispánicas información sobre la imagen y el papel de lo femenino en la cosmovisión preincaica.
La obra de Rostworowski, expuesta en una docena de ensayos, se caracteriza por cuestionar y reformular los planteamientos históricos tradicionales, generalmente basados en las crónicas escritas por los conquistadores espanoles.
Los primeros cronistas fueron soldados y sacerdotes que participaron en la conquista y los posteriores eran viajeros, funcionarios y religiosos españoles, así como algunos criollos o mestizos, y sus versiones reflejan puntos de vista particulares, tendenciosos y cargados de prejuicios.
Aunque su aporte es importante, las crónicas de la conquista incurren en graves omisiones y contradicciones al describir el mundo indígena que encontraron los europeos.
Rostworowski extrajo información y testimonios de primera mano sobre los mitos y arquetipos sociales indígenas del Perú prehispánico en la documentación relativa a los juicios realizados en el siglo XVII por las autoridades coloniales para extirpar las llamadas idolatrías.
"Las divinidades prehispánicas masculinas estaban relacionadas con el sol, las tormentas, las montañas y otras fuerzas que había que controlar a través de sacrificios y ofrendas. Las divinidades femeninas eran igualmente importantes y se relacionaban con la fecundidad", señaló.
Rostworowski advierte en la cosmovisión incaica una dualidad sobre el papel femenino, que probablemente corresponde a la aparición local y expansión de los conceptos generados por la llamada ley del varón.
Según indicó, se observan dos arquetipos femeninos diferentes en los dos mitos que explicaban el origen de los incas: el de los hermanos Ayar, que aparentemente es el más antiguo, y el de Manco Capac y Mama Ocllo, que parece ser la evolución del primero.
En el mito de los hermanos Ayar, la fundación de Cusco se atribuye a un clan familiar en emigración, en tanto que Manco Capac es un hombre-Dios surgido del lago Titicaca con la misión de fundar el imperio y probablemente corresponde al interés de los reyes incas de atribuirse progenie divina.
En el mito más antiguo, uno de los hermanos es una mujer, Mama Huaco, guerrera libre y osada, que ejercía el poder y mandaba sus propias tropas y fue uno de los cuatro jefes militares incaicos que tomaron posesión de la región de Cusco.
En cambio, Mama Ocllo, la esposa de Manco Capac, aparece en un papel más doméstico, y se le asigna la tarea de enseñar a las otras mujeres las tareas de la casa, la crianza de los hijos y el cuidado de los animales.
Rostworowski comentó que numerosos testimonios arqueológicos incas y preincaicos muestran a mujeres con los símbolos del poder en las manos y con aspecto temible y feroz, como el que probablemente tenía Mama Huaco. (FIN/IPS/al/ff/pr cr/97