La batalla por la tierra dio un giro peligroso en el conflicto entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, como ilustra el asesinato de un palestino en Cisjordania, en medio de acusaciones de vender tierras a judíos.
Israel acusó a los servicios de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina de la muerte de Farid Bashiti, de 70 años.
Los palestinos acusaron a Israel de cometer el asesinato, en un intento de que dar una mala imagen de la ANP tres días después que el ministro de justicia palestino anunciara una nueva ley que pena con la muerte la venta de tierras a judíos.
Los palestinos afirman que consideran la compra de tierras de propiedad árabe por parte de israelíes como una amenaza a su reclamo de Jerusalén oriental, similar a la amenaza planteada a Cisjordania por asentamientos judíos y los caminos construidos por israelíes que dividen el territorio autónomo palestino.
Desde la firma del acuerdo de Oslo en 1993, los palestinos vieron la progresiva construcción de 29 caminos para conectar los asentamientos con Israel, formando una red en Cisjordania. En Jerusalén, han visto a organizaciones judías trasladarse lentamente al área oriental de la ciudad.
"Los palestinos sienten que de a poco pierden territorios que algún día podrían llamar un Estado", dijo Khalil Tufakji, director del departamento de mapas de Orient House, institución palestina en Jerusalén. Cuando llegue el momento de negociar por Jerusalén y Cisjordania, "¿qué quedará?", se preguntó.
Mientras los palestinos sólo pueden aplear a la comunidad internacional para recibir ayuda, es Israel quien detenta la mayor parte del poder. Sólo Israel decide qué se construirá en Jerusalén y en gran parte de Cisjordania, de la cual 73 por ciento aún está en manos de Israel.
Hasta ahora, Israel utilizó ese poder para delimitar más de la mitad de la tierra en la parte este de la ciudad, anexada unilateralmente en 1968, y llamada "tierra verde". Los propietarios palestinos allí tienen prohibida la construcción.
La tierra designada "verde" es a menudo expropiada y utilizada para construir barrios judíos. En las últimas tres décadas, ocho áreas judías en el este de Jerusalén fueron construidas por el gobierno de este modo.
El ejemplo más reciente es la decisión tomada en marzo de construir un nuevo proyecto de viviendas en una colina de Jerusalén, llamada Har Homa por los israelíes y Abu Gheneim por los palestinos, quienes la consideran parte del área oriental y por lo tanto parte del área que reclaman como su futura capital.
Antes de la expropiación, un tercio de la tierra era tierra "verde" de propiedad palestinas, y dos tercios eran propiedad de un israelí que la compró a propietarios palestinos.
Cuando el primer ministro de Israel, Benajamin Netanyahu, envió excavadoras a Har Homa, desató una crisis en las conversaciones de paz, estancadas desde entonces.
Pese a los esfuerzos del enviado de paz de Estados Unidos, Dennis Ross, los palestinos se negaron a reanudar las conversaciones hasta que Israel detenga la construcción allí y en asentamientos en Gaza y Cisjordania.
Netanyahu sostiene que Israel no reanudará las conversaciones hasta que la ANP detenga el terrorismo. Tras el comienzo de la construcción en Har Homa, militantes palestinos bombardearon un café de Tel Aviv, matando a tres israelíes.
Con Har Homa en la primera línea de batalla, el presidente palestino ordenó a sus fuerzas de seguridad la semana pasada que cayeran sobre los palestinos que venden tierras a judíos.
El ministro de Justicia, Abu Middein, resucitó entonces una ley jordana que desgna la venta de tierras a judíos castigable con la muerte.
Autoridades de Israel condenaron la ley y dijeron que investigaban el asesinato de Bashiti, divulgado la semana pasada.
Los palestinos sostienen que la ley es necesaria para combatir la actividad de individuos y grupos privados, a menudo respaldada por judíos ricos en el exterior, quienes se ofrecen a comprar propiedades árabes a precios por encima del valor del mercado.
La propiedad en el área musulmana de la Ciudad Vieja en Silwan, es un blanco frecuente. En esta área, una organización religiosa zionista llamada Cohanim despliega banderas israelíes y contrata a guardias armados para que vigilen.
En un caso reciente, el millonario estadounidense Irving Moskovitz compró propiedad en el vecindario palestino de Ras el- Amud, a dueños palestinos.
Dos familias árabes que viven en tierras adyacentes, destacó, son "ocupantes ilegales" y deben trasladarse. Moskovitz planifica construir ocho bloques de apartamentos, con un total de 132 viviendas.
Los vendedores suelen ser palestinos que dejaron la ciudad para vivie en el exterior o están sobrecargados con impuestos que no pueden pagar. A veces se utilizan intermediarios para que el propietario árabe desconozca que está vendiendo su tierra a un agente de las organizaciones judías.
Aunque las autoridades palestinas niegan haber participado en el crimen de Bashiti, su supuesto comercio de tierras con judíos reemplazó la compasión por su muerte por el desprecio.
El viernes, poco después que el cuerpo de Bashiti fuera encontrado con el cráneo hundido y las manos atadas a la espalda, Abu Middein, ministro de Justicia palestino, dijo que su muerte era un prueba de que "nadie aceptará a un traidor". (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lp/ip/97