Seis semanas antes de las elecciones legislativas y de gobernadores de varios estados de México, políticos y analistas especulan sobre sus consecuencias en variados escenarios posibles.
Las tramas que surgen de estos ejercicios de prospección pueden no coincidir con lo que realmente suceda después del 6 de julio, pero sirven para esclarecer expectativas y eventuales frustraciones.
Según Gustavo Emmerich, experto de la Universidad Metropolitana, no estarán en cuestión temas fundamentales como la política de privatizaciones, la apertura al mercado global, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el pluralismo político.
"Y no sólo porque son comicios intermedios que no cambian al gobierno federal sino también por la coincidencia en el fracaso de la política estatista tradicional y la cautela pragmática con vistas a la sucesión presidencial del 2000", explicó.
El experto dijo que lo que está en juego son matices de "un esquema mundial que se aplica con pocas excepciones en todo el planeta, y que vuelve a veces irrisorias o poco interesantes las contiendas electorales".
Emmerich estimó probable que el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) pierda la mayoría absoluta por primera vez en la historia, desde su creación en 1929, aunque continúe siendo la primera fuerza política del país.
Ello lo obligaría a concertar en la Cámara de Diputados con el derechista Partido Acción Nacional (PAN) y el centroizquierdista Partido de la Revolución Democráticao (PRD), o al menos con alguna de ellas.
Una alianza con la derecha "completaría el viraje neoliberal del PRI iniciado hace 15 años con su correlato en los planos político y cultural", estimó Alicia Rubio, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Veríamos renacer "ola prédica del socialcristianismo conservador y la censura mojigata y moralista en materia cultural", sostuvo.
En cambio, explicó, una concertación entre el PRI y el PRD podría moderar, o incluso superar, "los aspectos más negativos de los actuales ajustes socioeconómicos, que redujeron el producto interno bruto por habitante debajo de los niveles de 1982".
Consideró improbable una concertación tripartita, sobre todo debido a las elecciones presidenciales, programadas para dentro de tres años.
El embajador en Estados Unidos, Jesús Silva Herzog, señaló que un triunfo del PAN "sería más un giro que un trauma", en un artículo en la revista Nexos, y alertó contra "la inflación de las expectativas" en una democracia en construcción, para "no sobrecargarla de ilusiones".
Silva Herzog, politólogo y dirigente del PRI, puso el acento en que con el solo hecho de que se elija por primera vez al alcalde de la ciudad de México "el universo del presidencialismo quedará alterado desde su centro y nacerá un régimen político distinto".
Adujo que el alcalde electo de la capital mexicana se instalará automáticamente en la antesala de la sucesión presidencial.
Las últimas semanas, los sondeos sobre los comicios municipales capitalinos dieron más de 30 por ciento del voto a Cuauhtémoc Cárdenas (PRD) y menos del 20 por ciento a Alfredo del Mazo (PRI) y Carlos Castillo Peraza (PAN).
En opinión de Silva Herzog la eventual formación de una nueva mayoría en el Congreso podría generar ingobernabilidad, aunque consideró más probable una alianza entre el PRI y el PAN.
Rodrigo Morales, consultor político del Grupo de Economistas Asociados (GEA), subrayó que "un PRD verdaderamente competitivo es la novedad" de la escena política mexicana.
Sin embargo, advirtió que sólo tiene posibilidades concretas de ampliar su bancada de diputados federales, ganar la alcaldía en la capital y, en mucho menor medida y sin grandes efectos nacionales, triunfar en el estado de Campeche, sobre el Golfo.
Consideró que aún con Cárdenas en el Distrito Federal "no va a pasar nada espectacular", debido a lo breve de su mandato, tres años, la heterogeneidad de factores de poder y la inercia del aparato burocrático que deberá manejar.
Morales puso el acento en que la paridad de las principales fuerzas políticas mexicanas "puede ser el peor escenario para la estabilidad pero también la inauguración de maduros consensos y negociaciones hacia gobernabilidades sectoriales". (FIN/IPS/emv/ag/ip/97