La familia del soldado Alpha Toe vive en la pobreza desde mayo de 1996. Toe perdió las dos piernas en combate y no cobra sueldo hace ocho meses. Pero las cosas se pondrán aun peor cuando sufra una mudanza comulsiva.
Su salario es de apenas 200 dólares liberianos al mes (menos de cinco dólares estadounidenses), pero serviría de algo si lo cobrara. Dejó de percibirlo al igual que muchos funcionarios del estado por las restricciones dispuestas debido a la guerra civil.
Sin embargo, la familia Toe se las arregló para convertir la barraca del Centro de Entrenamiento Barclay (BTC) en un hogar y sobrevive con el poco dinero que la esposa, Annie, gana cada día en el mercado, donde vende verduras que ella misma cultiva en su jardín.
Pero otra amenaza se cierne sobre los Toe. El gobierno planea mudar a los soldados y demás funcionarios del ejército al campamento Shiefflin, 16 kilómetros al oeste de Monrovia, la capital de Liberia.
Toe teme que su esposa no pueda obtener en su nuevo destino suficiente dinero para llevar a sus tres hijas cada día a la escuela en Monrovia y, al mismo tiempo, alimentar a la familia.
"El viaje entre el campamento Schefflin y Monrovia cuesta 50 dólares liberianos. Nuestras hijas deberán abandonar la escuela o, de lo contrario, deberemos arrendar una habitación en Monrovia que no cuesta menos de cinco dólares estadounidenses al mes, con cinco meses por adelantado", explicó.
"La reubicación de los soldados con sus familias al campamento Schiefflin sin considerar antes las patéticas condiciones que deberemos afrontar podría significar un desastre humanitario", agregó Toe.
Unos 13.000 soldados desarmados y funcionarios del ejército enfrentarán un futuro incierto en el campamento Schiefflin. El traslado es parte de la Fuerza de Mantenimiento de la Paz de Africa Occidental (Ecomog) con miras a la rehabilitación de los uniformados.
Pero el campamento Schefflin no es una ubicación ideal, según los soldados. Fue contruido en los años 60 y cuenta con 81 edificios de apartamentos. Ya han sido trasladados allí 7.126 soldados con sus familias.
"Son los soldados del Primer Batallón de Infantería. El campamento Schiefflin no cuenta con escuela y solo tiene una clínica, que no está equipada en forma adecuada ni hay allí personal de salud entrenado para atender a un número aún creciente de residentes", dijo el soldado Andrew Karmue.
"Setenta y cuatro edificios ya están ocupados. La reubicación programada de soldados al campamento es, en estas condiciones, algo poco realista", agregó Karmue.
El Ministerio de Defensa Nacional y las autoridades del ejército pretenden que se postergue la reubicación para después de las elecciones previstas para el 30 de mayo.
Las autoridades afirmaron que respaldan la reubicación, pero que aún no están dadas las condiciones para el traslado.
El coronel Doeway, portavoz del Ministerio de Defensa Nacional, aseguró que solo se procederá al traslado si la Guardia Costera abandona su actual base, pues el campamento Schefflin está casi lleno.
Pero la Ecomog argumenta que cuanto más rápido se concrete la reubicación, mejor. "Es necesario para que Liberia siga la tendencia mundial de mantener las instalaciones militares y las barracas alejados de los centros urbanos", dijo un funcionario.
El general Malu dijo que "debe afrontarse el desafío si el ejército quiere ser confiable y convertirse en un motivo de orgullo para todos los liberianos, sin importar su origen étnico".
El ministro de Defensa Nacional, general J. H. Bowen, confirmó a la Ecomog que los comandantes del ejército asumieron la tarea "con seriedad" y que no intentarán "frustrar el esfuerzo" de la misión internacional.
Pero la Asociación de Familias de Defensa Nacional (Namfa) dijo que las instalaciones que se dediquen a tal fin deben mejorarse antes de que se produzca la mudanza de los soldados y sus familias.
"La reubicación de los soldados del Centro de Entrenamiento Barclay al campamento Schefflin no tiene fundamento si lo que se pretende es reestructurar el ejército", dijo un portavoz de la Namfa.
Los soldados reclamaron el pago total de los salarios adeudados, dos sacos de arroz para cada familia y la mudanza costeada por el estado antes de acceder al traslado.
Antes del estallido de la guerra civil en Liberia en 1989, el ejército contaba con 15.000 hombres, pero luego muchos desertaron o adhirieron a alguno de los varios bandos en pugna. (FIN/IPS/tra- en/aj/pm/mj/ip/97