La ofensiva del ejército turco contra las posiciones de la guerrilla kurda en el norte de Iraq repercutió hoy en ciudades europeas, donde manifestantes kurdos reclamaron una condena internacional.
En Ginebra, los militantes kurdos ocuparon durante cinco horas un ala del edificio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Otras manifestaciones se efectuaron en Bruselas, ante la sede de la Unión Europea, y en Estrasburgo, Francia, frente al edificio del Parlamento Europeo.
El ejército turco lanzó el 14 de mayo un ataque de fuerzas combinadas que penetró hasta 200 kilómetros en el interior del territorio iraquí.
En una semana, las tropas turcas dieron muerte a más de 1.300 guerrilleros del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y a numerosos civiles, dijeron despachos internacionales.
Los ocupantes del edificio de la ONU acusaron de indiferencia a la comunidad internacional. "Guerra por Kuwait. Silencio por Kurdistán. ¿Por qué ese doble juego?", rezaba un cartelón colocado en el hall donde habitualmente reciben a la prensa los dignatarios que visitan la ONU.
Una declaración distribuida por los manifestantes sostuvo que el ataque "del ejército colonial y fascista turco" contó con la colaboración del Partido Demócrata de Kurdistán (PDK).
El Ministerio de Relaciones Exteriores turco reconoció la semana pasada que la incursión en Iraq había sido pedida por Massoud Barzani, líder del PDK, para desalojar a los combatientes del PKK de la zona fronteriza.
La tercera fuerza en discordia, la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), se mantuvo hasta ahora ajena a los últimos acontecimientos. Una enconada rivalidad separa a la UPK del PDK.
Bajo presión de Estados Unidos, Gran Bretaña y Turquía, el PDK de Barzani y la UPK, comandada por Jalal Talabani, convinieron en octubre pasado una tregua que aún se encuentra en trámite de ejecución.
La nación kurda, con una población estimada superior a 20 millones de habitantes, se dispersa por territorios de cuatro estados de la región: Iraq, Irán, Siria y Turquía.
Los ocupantes del edificio de la ONU recordaron que Turquía ejecutó operaciones armadas similares en 1992 y 1995. En las dos ocasiones, los países europeos y el Parlamento Europeo amenazaron con sanciones a Turquía para obtener su retirada.
Los militantes kurdos denunciaron que desde el comienzo de las operaciones, un centenar de personas fueron exterminadas en distintas oficinas de organizaciones kurdas de la población de Erbil.
Los soldados turcos y sus colaboradores del PDK asesinaron a enfermos y heridos en un hospital de la Media Luna Roja de Kurdistán, a empleados de los periódicos Welat y Welatê Roj, del Centro Cultural de Mesopotamia y del Partido Socialista de Kurdistán, afirmaron.
El ejército turco declaró este miércoles que más de 1.000 combatientes del PKK habían caído en la primera semana de la ofensiva militar en territorio iraquí.
La declaración de los manifestantes kurdos distribuida en Ginebra omitió toda mención a esas supuestas bajas, pero reconoció que "más de 1.000 kurdos se encuentran en manos del ejército turco, de los turcomanos y de las bandas del PDK".
"La vida de esas personas se encuentra en peligro", agregó.
La ocupación del edificio de la ONU concluyó luego de casi cinco horas de negociaciones, en las que participaron el jefe de la Oficina de Asuntos Jurídicos, Ulrich von Blumenthal, y funcionarios del área de derechos humanos.
"Tratamos de solucionar el problema de forma pacífica y lo logramos", explicó Jameleddine Ben Yahmed, uno de los voceros de la ONU en Ginebra.
Pero "esta violación de la sede de las Naciones Unidas es inaceptable", aclaró el funcionario.
Los manifestantes se declararon satisfechos con el texto de una declaración sobre el ataque turco en Iraq efectuada la semana pasada en Viena por Kofi Annan, secretario general de la ONU.
"La integridad del territorio iraquí debe ser respetada y he demandado la retirada de las tropas turcas lo antes posible", señaló. (FIN/IPS/pc/dg/ip/97
