Vittorio Emanuele, heredero de la familia real italiana de los Saboya, declaró hoy que las leyes racistas aprobadas por su abuelo bajo el régimen fascista "no fueron tan horribles".
El nieto del último rey de Italia, Vittorio Emanuele III, comprometió así que se le conceda autorización para regresar al país, al igual que a su hijo Emanuele Filiberto (27 años), medida que parecía a punto de ser adoptada por el gobierno con apoyo de la mayoría de los partidos políticos.
Entrevistado en Bruselas por la televisión estatal italiana (la RAI) en Bruselas, sostuvo además que no consideraba necesario pedir disculpas a los italianos por las leyes elaboradas por el líder fascista Benito Mussolini e inspiradas de otras similares adoptadas por la Alemania nazi.
Las leyes racistas fueron promulgadas "cuando yo ni siquiera había nacido", dijo Vittorio Emanuele. En realidad, fueron adoptadas en 1938, un año después del nacimiento del nieto del soberano italiano.
"Soy contrario a toda forma de antisemitismo y de racismo", precisó, recordando que su tía Mafalda murió en 1944 en un campo de concentración nazi.
El rabino jefe de Roma, Elio Toaff, sostuvo que las leyes racistas son una mancha indeleble en la historia de la Casa Saboya.
"Mejor si los herederos se quedan en el exterior, pero si vuelven no constituirían ningún problema importante, no cuentan", estimó.
Para el senador ecologista Atho De Luca, Vittorio Emanuele "debería pedir perdón públicamente" a los judíos de parte de la familia real.
El Partido de Refundación Comunista, que apoya al gobierno de centroizquierda, anunció que presentará una moción ante el municipio de Nápoles para evitar que Vittorio Emanuele de Saboya elija esa ciudad, ubicada a unos 200 kilómetros de Roma, como residencia.
Vittorio Emanuele ha declarado que desea volver a Italia a través de Nápoles, el puerto desde el cual partió al exilio.
El gobierno de centroizquierda anunció este jueves que presentará un proyecto de reforma constitucional para permitir el regreso de los descendientes varones de la familia de los Saboya, a quienes la Constitución de 1946 prohibe volver a Italia por su papel en el advenimiento del fascismo.
Vittorio Emanuele III fue rey de Italia entre 1900 y 1946 y trapasó la corona brevemente a su hijo Umberto II, quien ese mismo año partió al exilio cuando un referéndum estableció el sistema republicano de gobierno.
Umberto II no abdicó y los Saboya no reconocieron la validez de la consulta.
La voluntad del gobierno de promover un texto para autorizar el regreso de los Saboya fue respaldada en particular por los partidos de la coalición opositora de centroderecha. Sólo el Partido de Refundación Comunista se pronunció en contra.
Las leyes raciales fueron aprobadas en Italia el 1 de septiembre de 1938, dos años después del nacimiento del eje Roma- Berlín y tres meses después de la visita a Italia del líder nazi Adolfo Hitler.
Entre otras medidas, comprendieron la expulsión del país de los judíos extranjeros y la pérdida de la ciudadanía para los judíos que la hubieran obtenido después de 1918.
A los judíos también se les prohibió dictar clases en los establecimientos estatales, mientras se recomendó a los empresarios evitar tomar empleados de ese origen.
Entre las "originalidades" de las medidas antisemitas, que golpearon a una comunidad de menos de 50.000 personas, figura la prohibición impartida a las familias judías de emplear a domésticas "arias".
En 1978, Vittorio Emanuele mató en Francia de un disparo de fusil lanzado desde su yate a un joven que estaba "haciendo ruido" junto a unos amigos.
Trece años después, un tribunal de París lo declaró inocente. (FIN/IPS/jp/dg/ip/97)