Iraq, un país potencialmente rico por sus recursos petroleros, se ha convertido en uno de los más pobres de la Tierra, advirtió una agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental (ESCWA) señaló que Iraq lucha por su supervivencia económica contra las rígidas sanciones que le impuso el Consejo de Seguridad a causa de la invasión de Kuwait.
La ESCWA basó su informe en un estudio socioecónomico de 13 naciones de Medio Oriente. El ejército iraquí ocupó Kuwait en agosto de 1990 y fue desalojado en febrero de 1991 por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos.
"El deterioro de la economía (iraquí) continuó en 1996, e Iraq, bien dotado de recursos naturales y humanos, está ubicado ahora entre los países de menor desarrollo del mundo", según la ESCWA.
La rica economía petrolera iraquí permanece "paralizada" por las sanciones de la ONU. Iraq figura en segundo lugar en materia de reservas de petróleo comprobadas, después de Arabia Saudita.
El producto interno bruto de Iraq cayó anualmente 35 por ciento desde la imposición de las sanciones económicas, según informó hace un año la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, radicada en París.
El costo de la alimentación de una familia iraquí de cinco miembros es de 26 dólares por mes, pero el salario mensual promedio se sitúa entre tres y cinco dólares, destacó por su parte el Programa Mundial de Alimentos, que tiene sede en Roma
Antes de la imposición de las sanciones, Iraq exportaba petróleo por un valor anual entre 12.000 y 15.000 millones de dólares.
Pero ahora sólo ingresa 3.800 millones de dólares, en concepto de las ventas de crudo que el Consejo de Seguridad le autorizó en mayo de 1996 por motivos humanitarios.
El acuerdo "petróleo por alimentos" permite a Iraq exportar petróleo por 2.000 millones de dólares cada seis meses. El gobierno de Saddam Hussein debe destinar la mayoría de las divisas obtenidas a la compra de alimentos y medicinas y a pagar compensaciones por su aventura en Kuwait.
Ese acuerdo logrado con el Consejo de Seguridad es la única esperanza para los iraquíes, pero las condiciones económicas del país "sólo mejorarán ligeramente en 1997", advirtió la ESCWA.
"Sólo la supresión total de las sanciones económicas permitiría la recuperación" de la actividad, un objetivo que la población iraquí "necesita con urgencia", agregó.
El embajador de Iraq en la ONU, Nizar Hamdoon, dijo hace una semana que Estados Unidos demoró la implementación del acuerdo alimentos por petróleo y que, entonces, el Consejo de Seguridad sólo ha aprobado 217 de 570 contratos de suministro de víveres y medicamentos.
Estados Unidos, miembro permanente del Consejo de Seguridad, tiene derecho a objetar todo contrato que a su juicio no sea conformes a la letra o el espíritu del acuerdo.
Hamdoon observó en una carta al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que Washington ha objetado o rechazado 156 contratos "sin explicación de razones. En los casos en que lo hizo, sus razones fueron inconvincentes e insustanciales".
El embajador sueco Rolf Ekeus, presidente de la Comisión Especial de la ONU sobre Iraq, elogió la laboriosidad demostrada por los iraquíes bajo las sanciones.
La comisión que preside Ekeus tiene el cometido de supervisar la neutralización de la capacidad militar de Iraq y el desmantelamiento de sus medios de fabricación de armas de destrucción masiva.
"No queremos acabar con la industria ni con el desarrollo económico de Iraq", y "sólo removemos la maquinaria empleada para producir armas. Debe permitirse a ese país mantener una adecuada infraestructura industrial", aclaró Ekeus.
La ONU autorizará a Iraq a conservar equipos de doble propósito. O sea, de utilización militar y civil. "Vigilaremos su uso", aseguró el diplomático sueco.
Ekeus, visitante regular de Iraq, se declaró "impresionado" por los políticos, diplomáticos, científicos e ingenieros iraquíes.
"Tienen buena preparación, son rigurosos y trabajan duramente. Nuestro problema se refiere obviamente al área política", explicó.
"Me preocupan el desarrollo económico a largo plazo de ese país y el futuro de su industria. Se trata de un pueblo talentoso, y resulta trágico que la situación actual le impida poner en acción su talento", concluyó Ekeus. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/ff/ip if/97