Los parlamentos de América Latina, España y Portugal sufren una crisis caracterizada por la pérdida de confianza de los ciudadanos en los políticos, según sus representantes de más alto nivel.
Ante esa situación, los presidentes de los Parlamentos Democráticos Iberoamericanos, que este viernes clausuraron una reunión de dos días en la capital española, señalaron la necesidad de abrir nuevas formas de información y de participación de la sociedad civil.
Según la delegación parlamentaria mexicana, "la dinámica democratizadora mundial y la búsqueda de mejores y más eficientes formas de representación social se han convertido en realidades insoslayables".
Previamente, el presidente del parlamento de Portugal, Antonio de Almeida Santos, había puntualizado que existe "un divorcio cada vez más hondo entre el representado y sus representantes, entre los electores y los elegidos, entre el pueblo soberano y sus órganos de soberanía".
En términos similares se pronunció el presidente de la Cámara de Diputados de Venezuela, Ramón Guillermo Aveledo. Según Aveledo, hay críticas objetivas y merecidas a los defectos del funcionamiento parlamentario.
Pero, añadió, se asiste a una impugnación mayor, que afecta a lo político. El legislador venezolano observó la "desvalorización" ante la sociedad "del desempeño de las instituciones, de los actores y hasta de su función misma", e "irritación y rechazo crecientes de los ciudadanos".
"Lo político está, a los ojos de muchos, deslegitimado", afirmó Aveledo.
A la hora de plantear soluciones, una referencia constante fue la necesidad de ampliar la participación de los ciudadanos individualmente y de las organizaciones de la sociedad civil.
El presidente del Senado de Argentina, Eduardo Menem, señaló que esa participación se puede cumplir en los procesos electorales, en las instituciones de democracia semidirecta y a través de asociaciones voluntarias, ya sean partidos políticos, organizaciones no gubernamentales o grupos de interés o de presión.
La nueva Constitución argentina establece el derecho de iniciativa legislativa popular y la consulta popular o referéndum, como medios para facilitar la participación de los ciudadanos, explicó Eduardo Menem.
Y para definir su cometido citó a Aristóteles: "Lo esencial, conforme al espíritu de la democracia, es conceder a todos el derecho a pronunciarse acerca de todo".
De Almeida Santos dijo que, si la sociedad civil reclama algún regreso a formas de democracia directa, habrá que ponderar la necesidad y la medida de ese regreso. Y también, que se debe considerar el reclamo de esa sociedad de refuerzo de su participación política, autónoma y descentralizada.
El parlamentario portugués sugirió diversas iniciativas, como candidaturas al parlamento suscriptas por grupos significativos de ciudadanos electores, el referéndum y la posibilidad de que grupos de ciudadanos puedan proponer proyectos de ley.
También propuso el refuerzo de lo grupos sociales en los parlamentos, con mecanismos de audición y consulta, y con la presencia e intervención de por lo menos uno de los suscriptores de un proyecto de ley de iniciativa popular y la incorporación a las comisiones de representantes de las entidades oídas o consultadas.
José María Gil-Robles, presidente del Parlamento Europeo, comentó que éste enriquece cada vez más sus debates con aportes de las organizaciones no gubernamentales. Estas son oídas unas veces en audiciones públicas y en otras, facilitando sus reuniones en locales del propio Parlamento.
El venezolano Aveledo, que expuso un documentado análisis del papel de los parlamentos, se pronunció por impulsar "un parlamento interactivo", concebido como lugar de trabajo y de diálogo, que contribuya a la gobernabilidad democrática.
Así, dijo, "podríamos imaginar sedes legislativas de paredes transparentes. Desde donde se pueda ver lo que sucede afuera, en la vida de la sociedad, y hacia dentro de las cuales pueda mirar la gente para saber qué pasa".
Esto es hoy en día posible, "gracias a nuevas tecnologías que deben ser usadas para mejorar la vida humana, personal y comunitaria".
No obstante, también se escucharon planteamientos favorables a la interacción entre los parlamentos y la sociedad, pero sin disminuir el papel de aquéllos.
Carlos Baráibar, presidente de la Cámara de Diputados de Uruguay, señaló que "la interacción entre el parlamento y la sociedad dará más fuerzas a las demandas de ésta y legitimará las decisiones de aquel".
Pero, después de asignar "una importancia capital a las organizaciones sociales, sindicales, gremiales, vecinales o locales", subrayó que ellas no sustituyen a las organizaciones político partidarias.
Y cuando lo hacen "es porque éstas no cumplen debidamente con sus cometidos específicos". Por ello, concluyó que "el parlamento es el único ámbito donde las diferentes ideologías y concepciones políticas pueden confrontarse civilizada pero cabal y frontalmente".
La síntesis fue realizada por la delegación mexicana: "Debemos propugnar ampliar la participación popular directa en la toma de decisiones, asegurando el Estado de derecho". (FIN/IPS/td/ff/ip/97