Organismos humanitarios de Honduras denunciaron la existencia de un plan de exterminio de las comunidades indígenas tras el asesinato de dos líderes autóctonos.
Los crímenes se produjeron una semana después de que culminara una peregrinación de 3.000 indígenas hacia Tegucilgalpa en reclamo de tieras y del esclarecimiento del asesinato de otros dos dirigentes de las comunidades autóctonas, los dirigentes chortis Cándido Amador y Ovidio Pérez, muertos en abril.
"Esto sólo evidencia que estamos ante un plan para exterminar e intimidar a los indígenas. Todos los organismos defensores de derechos humanos nos uniremos para esclarecer la verdad y castigar a los responsables", dijo Bertha Oliva, del Comité de Familiares Detenidos-Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
Este martes, el Comité de Organizaciones Populares Indígenas (Copin) del occidental departamento de Intibuca denunció el asesinato del dirigente lenca Jorge Manueles.
Manueles, según el comunicado del Copin, fue asesinado el día 14 en El Pelón de San Juan, Intibuca, una de las zonas más pobres del pais y poblada mayormente por indígenas lenca.
Los asesinos incendiaron el cadáver del dirigente indogena para evitar que fuera reconocido por sus familiares.
Manueles se habia encargado de organizar a los habitantes de El Pelón de San Juan para defender su tierra, la cual reclamaban grupos particulares y de terratenientes.
El día 11, según se denunció este miércoles, fue también asesinado Jesús Alvarez Rochez, dirigente de la comunidad garífuna (negra), en Triunfo de la Cruz, a 450 kilómetros de Tegucigalpa.
La Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh) dijo que Rochez murió tras ser atacado a balazos cuando se encontraba con su hijo, quien también resultó herido.
Rochez se estaba encargando de tramitar la legalización de tierras de varios pobladores negros, que en los últimos dos años han tenido fuertes enfrentamientos con grupos privados y de inversionistas que quieren desalojarlos de las paradisíacas playas que rodean Triunfo de la Cruz.
Eduardo Villanueva, fiscal de las Etnias de Honduras, dijo este miércoles que se está cometiendo una "barbarie" contra los indígenas. "Percibimos que quieren desestabilizarlos", señaló.
"Hay una tendencia a destruir la forma organizativa de las etnias", agregó.
Tras su peregrinación a Tegucigalpa, los indígenas lograron arrancar al gobierno compromisos sustanciales en materia de entrega de tierras, investigación de los crímenes de abril y el estudio de la situación de al menos 40 indígenas presos.
Desde 1994, cuando iniciaron sus marchas pacíficas haciua laa capital, los indígenas han perdido a cuatro de sus dirigentes, brutalmente asesinados.
A Amador y Pérez sus asesinos les arrancaron el pelo, los ejecutaron a machetazos y regaron su sangre a lo largo de una carretera.
En Honduras hay unos 500.000 indígenas pertenecientes a las etnias lenca, pech, chorti, sicaque, garífuna, misquito y tawanka. (FIN/IPS/tm/dg/ip-pr-hd/97