Es oficial. Los observadores extranjeros certificaron que las elecciones del jueves en Gran bretaña fueron libres y justas. Pero uno de ellos afirmó que el sistema diseñado hace 200 años quizás no pueda garantizar eso mucho tiempo.
Albie Sachs, veterano activista por los derechos civiles en Sudáfrica, dijo a IPS que "el Reino Unido fundó la idea de responsabilidad en el gobierno y creó un campo de juego bien nivelado".
"Tal vez fuera libre y justo hace 200 años, pero creo que ahora necesita muchos cambios", opinó Sachs, respetado juez constitucional y defensor de los derechos humanos en Sudáfrica, una de las celebridades convocadas por una cadena de televisión británica para certificar las elecciones del jueves.
El experto estuvo en Gran Bretaña antes de las elecciones, pero efectuó sus declaraciones después del apabullante triunfo del Partido Laborista, que logró la mayor ventaja electoral en 97 años.
Sachs observó que los medios de comunicación centraron sus informes en los candidatos de los tres partidos principales, el Conservador, el Laborista y el Liberal Demócrata.
"Nada sugiere que las elecciones no hayan sido libres y justas, pero el propio proceso electoral deja ciertas dudas", sostuvo.
Según el especialista sudafricano, el principio de igualdad de todos los electores no se cumple si "si uno sufraga por un partido que recibe 45 por ciento de los votos, pues ese sector obtendrá 65 por ciento de los escaños" en disputa.
"Esa situación hace que grandes cantidades de votantes sientan que el resultado de las elecciones es algo, de algún modo, predeterminado, y que su voto, en realidad, no cuenta", dijo Sachs.
El experto afirmó que este sistema "alienta el enfrentamiento y la réplica de ideas en lugar de fortalecer el debate, lo que puede generar un resultado poco natural".
Los mecanismos electorales tampoco reflejan el interés de regiones nacionales como Escocia y Gales, de zonas en una situación especial, como Irlanda del Norte, y aun de jurisdicciones de Inglaterra que cuentan con un carácter distintivo, como Londres y Tyneside.
"Este sistema, para mí, desalienta el pluralismo y la diversidad. Lo que me reconforta es la apertura de un amplio debate sobre la reforma constitucional dentro de los partidos", agregó.
El sistema de mayorías británico es el que supone peores resultados para los pequeños partidos. El tercero en discordia, el Liberal Demócrata, obtiene escaños en proporción menor a su participación en la votación nacional.
"Nuestra experiencia en Sudáfrica es que las reformas constitucionales no se efectúan para alcanzar un sistema ideal sino para resolver problemas reales", explicó Sachs.
Gran Bretaña no cuenta con una constitución escrita ni con una carta de derechos codificada.
"Tener una constitución escrita y una carta de derechos permite a los ciudadanos vivir juntos de acuerdo con valores compartidos y ubicados en el corazón de la sociedad", según el experto sudafricano.
"El siglo XIX impulsó la creación de poderes ejecutivos modernos. El XX, el perfeccionamiento de la democracia parlamentaria. El siglo XXI podría ser el del desarrollo de los sistemas políticos alrededor de valores fundamentales", concluyó Sachs. (FIN/IPS/tra-en/ba/rj/mj/ip/97