FRANCIA: Exigen acuerdo por inmigrantes en vísperas de elecciones

Asociaciones de migrantes y grupos solidarios presionan al Partido Socialista de Francia para que, en caso de que gane el domingo la segunda vuelta de las elecciones, cumpla su promesa de revisar las duras leyes inmigratorias del país.

En una encuesta realizada por el Grupo de Información y Solidaridad con Trabajadores Inmigrantes (GISTI), el Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos (MRAP) y otros grupos, todos los partidos de izquierda prometieron solicitar la anulación de las leyes inmigratorias.

Las leyes fueron introducidas por los ministros conservadores Charles Pasqua en 1993 y Jean-Louis Debre en 1997.

Supuestamente hechos para detener la inmigración ilegal, ambos grupos de normas fueron criticados por inmigrantes y grupos, según los cuales lo único que lograron fue forzar a extranjeros residentes a la ilegalidad y negarles arbitrariamente documentos, incluso después de años de pagar impuestos y contribuir a la sociedad francesa.

El gobierno también ajustó las condiciones que permiten a extranjeros ingresar y permanecer en Francia y eliminó derechos a la nacionalidad francesa, e incluso derechos a visas a niños nacidos en Francia y familias de migrantes.

Grupos de defensa de los derechos de los ingmigrantes reclaman una disminución de las restricciones legales que les impiden hacer una contribución efectiva al desarrollo de sus países de origen.

La legislación reciente tuvo "consecuencias desastrosas" para trabajadores inmigrantes en Francia que procuran enviar dinero a sus países de origen, dijo Harouna Kebe, presidente de la Red de Asociaciones para el Desarrollo del Valle del Río Senegal.

El problema afecta negativamente en particular al trabajo de grupos como el de Kebe, el cual envía donaciones de inmigrantes senegaleses a varios proyectos culturales, educativos, agrícolas y de salud primaria.

El actual gobierno conservador de Francia introdujo leyes aún más duras para detener la llegada de nuevos inmigrantes negros y árabes.

El problema subyacente, afirmó Kebe, es que las autoridades francesas no reconocen a los trabajadores inmigrantes como actores del desarrollo.

El tema de la inmigración tuvo un escaso tratamiento durante la campaña electoral en Francia, aunque varias organizaciones no gubernamentales y grupos de presión cuestionaron a partidos y candidatos individuales a la Asamblea Nacional.

El MRAP sostuvo que partidos de derecha no respondieron explícitamente a preguntas sobre inmigración, prefiriendo hacer declaraciones generales de intención, aunque algunas personas "flirtearon con ideas generosas sobre los derechos humanos".

Los partidos de izquierda emergieron de la primera ronda de elecciones parlamentarias el 25 de mayo con una pequeña ventaja sobre la mayoría gobernante.

Tras una ola de protestas callejeras en abril contra nuevas medidas para endurecer aún más las normas de inmigración, el opositor Partido Socialista diseñó una "nueva política de inmigración e integración".

La política propone la reinstalación de niños nacidos en Francia para que se conviertan automáticamente en ciudadanos franceses a la edad de 18 años, tal como sucedía antes de la entrada en vigor de las leyes de Pasqua.

Asimismo, admite que ciertos sectores de la economía francesa necesitan trabajo extranjero, y promete restaurar el derecho al asilo político.

"No estamos seguros de que lo que ofrece será realmente una alternativa", dijo Patrick Mony, del GISTI. "Por otro lado, estimamos que una victoria de la derecha significará un mayor endurecimiento de la legislación, incluso un cumplimiento más riguroso de las leyes actuales", añadió.

Los socialistas también prometieron seguir la opinión de la Comisión Nacional Consultora sobre Derechos Humanos, la cual recomendó la regularización de nuevas categorías de residentes ilegales no incluidas en las leyes de Debre.

Estas categorías incluyen a cualquier persona que pueda probar que está integrada de forma estable a la sociedad francesa, aquellos a quienes se negó asilo político y cuyo regreso al país de origen los expuso al peligro, y padres de niños nacidos en Francia.

Su nueva política de inmigración, según los socialistas, será acompañada de acciones para hacer frente a las causas de la inmigración, incluyendo una política más efectiva de cooperación con países en desarrollo y de desactivación de las redes que llevan inmigrantes ilegales a Francia. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/lp/pr-ip/97

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