Varias organizaciones no gubernamentales (ONG) se proponen recuperar y utilizar la riqueza mal habida del ex dictador zaireño Mobutu Sese Seko para pagar la gigantesca deuda externa que echó a cuestas de su pueblo.
Las ONG creen que la riqueza de Mobutu, estimada en más de 4.000 millones de dólares solamente en dinero (resultado de años de saqueo de los recursos nacionales y fondos públicos), debería congelarse y usarse para dar un buen comienzo al nuevo gobierno de Zaire, rebautizado República Democrática de Congo (RDC).
Los grupos también denunciaron el silencio de los donantes bilaterales y multilaterales, que otorgaron al dictador ayuda económica supuestamente destinada a propósitos de desarrollo.
No sería sorprendente que el nuevo gobierno utilice ese mismo argumento cuando los acreedores pretendan obligar a Kinshasa a pagar las deudas asumidas por Mobutu.
Una investigación realizada en 1982 por un panel independiente del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya había advertido que Mobutu estaba apropiándose de porciones significativas de la asistencia otorgada a Kinshasa.
Francia, Bélgica y Estados Unidos adoptaron en 1991 una iniciativa para congelar los activos de Mobutu, pero no tuvieron éxito.
El caso de la RDC constituye "un clarísimo ejemplo de préstamos indebidos y corrupción", sostuvo la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo (Eurodad), con sede en Bruselas.
"Ahora que Mobutu desapareció de la escena del crimen, ¿quién pagará la gigantesca deuda del (ex) Zaire?", preguntó Sascha Pichler, de Eurodad.
"Filipinas está pagando préstamos otorgados al régimen de Ferdinand Marcos, y Uganda créditos concedidos al gobierno de Idi Amín Dada. Es muy improbable que el pueblo de la RDC escape a un destino similar", observó Pichler.
La deuda externa de la RDC era de 13.100 millones de dólares en 1995, según cifras del Banco Mundial. Pese a sus abundantes recursos naturales, que incluyen diamantes y cobre, el país figura en el lugar 141 de 174 en el índice de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Desde 1994, los principales acreedores de Kinshasa son Estados Unidos, que le prestó 1.470 millones de dólares (26 por ciento del total de créditos), y Francia, con 1.400 millones de dólares, de acuerdo con la Tabla de Créditos Mundiales de Eurodad.
La RDC fue incluida por el Banco Mundial entre los ocho países con una carga de deuda insostenible, lo cual la hace candidata a una reducción de su deuda bajo la Iniciativa para Países Pobres Altamente Endeudados, adoptada por el Banco, el FMI y el Club de París, que agrupa a las naciones acreedoras.
No obstante, para acceder a la reducción de la deuda, los candidatos deberán pasar por seis años de un doloroso programa de ajuste estructural.
Eurodad estima que la RDC sólo alcanzaría en el año 2000 el llamado "punto de decisión", en que se decidirá si las reformas realizadas hasta ese momento son suficientes para que Kinshasa logre la sustentabilidad de su deuda en otros tres años.
No hubo ninguna reestructuración de la deuda de Kinshasa desde 1990, y el pago total de los intereses sumó sólo 25 millones de dólares, afirmó Eurodad en base a cifras del Banco Mundial.
Entre 1993 y 1995, la relación entre el pago de intereses de la deuda nacional y sus exportaciones era de uno por ciento, lo cual refleja que, durante ese período, Mobutu apenas cumplió con sus obligaciones.
La fortuna de Mobutu incluiría suntuosas mansiones en varias capitales del mundo y varias cuentas bancarias secretas.
El gobierno de Suiza ordenó el pasado viernes 23 el congelamiento de una mansión de Mobutu en el país, valuada en 2,5 millones de dólares, pero no congeló otros activos del ex dictador en bancos suizos.
La organización no gubernamental contra la corrupción Transparencia Internacional, con sede en Berlín, sumó su voz a la de aquellos que reclaman el embargo de los bienes de Mobutu.
"Nos complace la medida del gobierno suizo, pero esperamos que también inicie una investigación de sus cuentas bancarias", declaró Peter Eigen, presidente del grupo.
"Los gobiernos del Norte se beneficiarían del congelamiento de esos activos ilícitos, dado que, ahora que Mobutu ya no está, es posible que el nuevo gobierno cuestione la legalidad de las deudas asumidas por sus predecesores", señaló Eigen.
Así mismo, el activista opinó que, de acuerdo con las leyes comunes de contratos, muchas de esas deudas deberían ser declaradas nulas e irrecuperables.
"Esta deuda no es del pueblo zaireño, y por eso hemos realizado una larga campaña por su cancelación", dijo Gary Djoli Mokoka, presidente del Comité de Zaire contra la Deuda (Cozacode).
Además, "los préstamos que Francia otorgó a Zaire permanecieron en Francia, ya que Mobutu los utilizó para comprarse castillos aquí y allá", agregó.
El nuevo régimen instalado por el ex líder rebelde Laurent Kabila, que derrocó a Mobutu tras 32 años de gobierno autoritario, no debería cargarse con deudas que no contrajo, opinó Djoli Mokoka.
Añadió que los bienes de Mobutu en diferentes países deberían embargarse y utilizarse para pagar la deuda del país o invertir en la economía y el desarrollo nacional.
"Cuando Francia, Bélgica y Estados Unidos intentaron en 1991 congelar la fortuna de Mobutu, pretendían presionarlo para democratizar su país. Ahora, el congelamiento de sus activos es simplemente una cuestión de justicia", opinó Jean François Plonquin, secretario del Comité de Solidaridad con Zaire, con sede en Lyon.
"Sabemos que la RDC necesitará nuevos préstamos para reconstruir el país, pero también sabemos que el Banco y el FMI no le otorgarán más créditos si el gobierno no paga los intereses de su deuda", señaló Plonquin.
"Si logramos recuperar la riqueza de Mobutu, el dinero podría utilizarse para pagar la deuda del ex Zaire", dijo.
Varias organizaciones no gubernamentales se reunirán en los próximos días para discutir, entre otros asuntos, la deuda de la RDC, la reconstrucción del país y los bienes de Mobutu.
Agir Ici, un grupo de presión de París, está consultando a otros socios de Europa para la organización de una campaña continental.
"Si queremos que la campaña tenga éxito, debemos unirnos", exhortó la portavoz del grupo, Mary-Line Ramackers. (FIN/IPS/tra- en/ao/jl/rj/ml/dv-ip/97