El gobierno federal de Estados Unidos anunció que la explosión del vuelo 800 de Trans World Airlines probablemente se debió a una falla técnica, pero duras medidas de seguridad contra el terrorismo continúan en vigencia, denuncian grupos árabe-estadounidenses.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) está a punto de cerrar su investigación sobre la caída del avión, mientras muchos agentes del cuerpo están convencidos de que se trató de un problema mecánico.
"Las evidencias no se mueven en dirección a un acto terrorista. En efecto, apuntan a otra dirección", dijo el fin de semana el director del FBI, Louis Freeh.
Pero estrictas medidas de seguridad adoptadas en aeropuertos por órdenes del presidente Bill Clinton desde la caída, el 17 de julio de 1996, aún están en vigor.
También siguen en pie planes para implementar "registros de antecedentes" de personas que podrían ser una amenaza a la seguridad en la aviación, según un recomendación de un panel presidido por el vicepresidente Al Gore que preocupa a activistas defensores de los derechos civiles.
"Las medidas de seguridad en la aviación propuestas tras la caída del vuelo 800 de TWA violan innecesariamente los derechos de los pasajeros a la igualdad y la privacidad", advirtió Greg Nojeim, consejero legislativo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
La cuestión de los registros movilizó a grupos árabe- estadounidenses, según los cuales las personas originarias de Medio Oriente serán blanco de un sistema diseñado para escoger a "posibles" sospechosos de terrorismo, dijo Houeida Saad, consejera legal del Comité Antidiscriminación Arabe Americano.
Los árabe-estadounidenses, "estamos siendo humillados en los aeropuertos. Con frecuencia los pasajeros de rutas a Medio Oriente enfrentan duros controles de seguridad", dijo Saad.
En un ejemplo, el 21 de febrero, un vuelo de Northwest Airlines de Amsterdam hacia Estados Unidos fue detenido en un control en que personal de seguridad ordenó a "todas las personas que hablan árabe" separarse del resto de los pasajeros.
Todo su equipaje fue revisado a mano, un procedimiento que según Saad es humillante e ineficaz como precaución de seguridad.
Estas medidas pueden haber sido justificadas tras la explosión del vuelo de TWA, en la cual murieron 230 personas, pero ya no lo serían, ante las nuevas conclusiones del FBI, destacan los activistas.
Inicialmente, el FBI exploró teorías de que la explosión fue producida por una bomba o un misil lanzado desde una embarcación debajo, y más de 500 agentes del FBI se sumaron a la investigación, junto a miembros de la Junta de Seguridad del Transporte Nacional.
En las últimas semanas, el FBI decidió, en palabras de Joseph Valiquette, que "la lógica exige que nos orientemos al aspecto mecánico".
Una reconstrucción del Boeing 757 no reveló ningún agujero suficientemente grande para causar una explosión, o una ruta que un misil podría haber seguido tras golpear al avión, dijeron agentes del FBI.
El director regional del FBI, James Kallstrom, sostuvo que la agencia podría alcanzar una conclusión sobre el caso en los próximos dos o tres meses, y la falla mecánica es la teoría más apta tras el accidente.
Algunos abogados especializados en derechos civiles están molestos ante la divergencia entre las conclusiones oficiales de este momento y las estrictas medidas de seguridad impuestas tras la explosión del avión.
La Casa Blanca insiste en que ninguna raza, grupo étnico o nacionalidad será aislado para el sistema de registro de antecedentes.
Pero Saad dijo que las actuales propuestas no protegerán a grupos de la discriminación en base a la raza o el origen nacional, y advirtió que algunos tipos particulares de rasgos, como apellidos árabes, podrían formar parte de los registros de antecedentes de una posible amenaza de seguridad.
El sistema de registro de antecedentes de la comisión Gore podría ser abandonado o sujeto a riguroso escrutinio (…) para asegurar que los pasajeros sean tratados justamente, con dignidad y respeto", dijo Nojeim. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/lp/ip/97