EE.UU.: Republicanos proponen suavizar su política de inmigración

Representantes del Partido Republicano de Estados Unidos propusieron suavizar su política hacia los inmigrantes, tradicionalmente muy estricta, para mejorar la imagen del grupo político.

Así lo plantearon el ex candidato republicano a vicepresidente de Estados Unidos, Jack Kemp; el líder de la mayoría del senado, Trent Lott, y el presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich.

Algunas acciones y declaraciones de Ralph Reed, director ejecutivo de la ultraconservadora Coalición Cristiana, sugieren que algunos grupos pro-republicanos también apoyarían la iniciativa.

Pero otros no, entre ellos algunas organizaciones anti- inmigrantes que normalmente apoyan al Partido Republicano. La posibilidad de que estas voces puedan representar el sentimiento de la mayoría de la nación provoca preocupación y temor.

Grupos como la Federación para la Reforma de la Inmigración a Estados Unidos, Control de Inmigración Estadounidense, e Inglés Estadounidense operan en todo el país junto a organizaciones locales y aprovechan la ola de rechazo hacia los inmigrantes.

Estos grupos se fortalecieron el año pasado por la ley de reforma de la inmigración y la seguridad social, ideada por la cámara baja con mayoría republicana, y respaldada a regañadientes por el presidente Bill Clinton.

Aunque la ley pretendía impedir la inmigración ilegal, afecta también a los inmigrantes legales, residentes y ciudadanos naturalizados.

La nueva ley separará a las familias, advirtió Cheryl Little, del Centro Asesor del Inmigrante, de Florida, que representa a ciudadanos naturalizados, inmigrantes legales y otras personas que están por legalizar su situación.

Muchas de estas personas vivieron en Estados Unidos durante años y lo consideran su hogar. Tienen hijos que terminaron la escuela secundaria y piensan ingresar a la universidad.

Little se refirió a un grupo de 30.000 nicaragüenses de Florida que, según la nueva ley, no podrán convertirse en residentes legales. El Departamento de Justicia les había concedido protección especial y permisos de trabajo. Muchos tenían sus propios negocios y sus hijos habían nacido en el país.

Otro grupo de colombianos que solicitó asilo podría ser deportado, aunque la justicia decidió que las autoridades no habían manejado su caso correctamente. Si no se toman las medidas necesarias, serán expulsados luego de la fecha límite del 27 de septiembre que impone la ley.

"Estas personas deben quedarse en sus países y resolver sus problemas allá, porque que vengan acá sólo crea otro problema", dijo Enos Schera, vicepresidente del grupo Ciudadanos Unidos de Dade (CDU), de Florida.

CDU pretende que se prohíba la inmigración a Estados Unidos durante 10 años, inclusive el asilo político para los refugiados.

"Los contribuyentes están cansados de pagar por la inmigración desenfrenada. La calidad de vida disminuyó en el condado de Dade" debido a los inmigrantes que saturaron los servicios sociales en Florida, agregó Schera.

CDU fue creado por una campaña en 1980 para impedir que la administración del condado gastara un millón de dólares por año para traducir documentos al español. Aunque la campaña tuvo éxito, la decisión fue revertida en 1993 cuando seis hispanos fueron electos para el gobierno local.

Entonces, CDU extendió su campaña para abarcar no sólo el problema del idioma en Miami sino la cantidad de inmigrantes legales e ilegales y la falta de integración de los extranjeros a la sociedad local, que "ahoga a la cultura anglosajona", sostuvo Schera.

CDU está relacionado con grupos nacionales como FAIR, cuyo director, K.C.McAlpin, considera a la nueva ley "un pequeño paso en la dirección correcta".

FAIR dice que la cifra de cinco millones de extranjeros ilegales en Estados Unidos estimada por el gobierno es muy conservadora.

El grupo afirma que la situación sólo se resolverá cuando la ley actúe de forma que convenza a los posibles inmigrantes ilegales de que el ingreso a Estados Unidos sólo será la primera dificultad que enfrentarán en el país.

También exige que se prohíba la inmigración legal durante un plazo determinado, debido a la "migración en cadena" provocada por el ingreso a Estados Unidos de los familiares de residentes legales.

FAIR apoyó a los miembros republicanos del Congreso que exigen la investigación del plan "Ciudadanía Estados Unidos", realizado por el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) entre mediados de 1995 y septiembre de 1996.

El INS sostiene que el objetivo del plan fue disminuir la cantidad acumulada de solicitudes de ciudadanía.

Los grupos que se oponen a la inmigración afirman que el plan fue un intento liderado por el vicepresidente Al Gore para asegurar votos para la administración de Clinton, pero la Casa Blanca rechazó la versión.

Las encuestas revelan que, con la excepción de Florida y los cubanos de Nueva Jersey, hasta 86 por ciento de los inmigrantes votan al Partido Demócrata.

"Estados Unidos tiene una singular tradición de inmigración", y "los estadounidenes están orgullosos del sistema de inmigración relativamente abierto y generoso del país", sostuvo Marcus Stern, periodista especializado en inmigración.

Pero durante años, el sistema funcionó mal, tanto para los inmigrantes legales como para los ilegales, y son esos problemas los que alimentan el sentimiento contra los inmigrantes. "Es un tema muy delicado y lo seguirá siendo", advirtió Stern.

Jimmy Morales, miembro hispano del gobierno del condado de Dade, concuerda en que la inmigración ha sido un tema sensible y controvertido.

"A lo largo de la historia de Estados Unidos, la cuestión de los inmigrantes ha inquietado a la gente. Por alguna razón, le tememos a la inmigración y a la diversidad", señaló Morales, pero expresó su confianza en que esa actitud se modifique. (FIN/IPS/tra-en/ps/cb/aq-ml/pr/97

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