El presidente de Ecuador, Fabián Alarcón, intensifica la campaña para la consulta popular que se llevará a cabo el domingo próximo con el fin de legitimar a su gobierno provisional y la destitución de Abdalá Bucaram.
Aunque Alarcón ha asegurado reiteradamente que no se trata de una campaña proselitista porque ya es el presidente de Ecuador, las actividades que ha realizado en los últimos días en las 21 provincias del país constituyen de hecho una campaña política, según los analistas.
En la consulta popular, la ciudadanía tendrá que ratificar o rechazar la resolución del parlamento que a principios de febrero destituyó a Bucaram y nombró a Alarcón como presidente interino hasta agosto de 1998.
La consulta "es el camino democrático para legitimar lo que sucedió en el país", pues "existen muchos sectores, principalmente en el exterior, que no comprenden que la destitución de Bucaram fue un acto parlamentario que se basó en el mandato popular", afirmó el mandatario.
"Creo que el parlamento conseguirá el apoyo de la población en la primera pregunta (sobre la destitución de Bucaram), pero no no me atrevería a emitir un pronóstico sobre la segunda, donde está en juego la popularidad del presidente interino", dijo a IPS Luis Macas, diputado del Movimiento Nuevo País-Pachakutik.
Según las últimas encuestas, 75 por ciento de los ecuatorianos está de acuerdo con la resolución del parlamento sobre la destitución de Bucaram. Pero el panorama cambia en cuanto al nombramiento de Alarcón como presidente provisional, que es apoyado por 52 por ciento.
La escasa diferencia en este tema refleja por el momento un empate técnico, señaló Blasco Peñaherrera, de la firma encuestadora Market.
Las encuestas se realizaron principalmente en las regiones urbanas y falta un panorama completo sobre la situación en las regiones rurales de la sierra, la costa y la amazonía, donde Bucaram contaba con gran respaldo, según Peñaherrera.
Bucaram fue destituido con el voto de 44 de 82 diputados que componen el Congreso unicameral de Ecuador, que lo declararon incapacitado mental, el único camino legal encontrado para cumplir con las exigencias de la población.
Muchos observadores estiman que la resolución del Congreso fue un golpe de Estado que contó con el apoyo masivo de la población, que se había manifestado en una jornada de protesta sin precedentes en este país andino.
"Alarcón sí se encuentra en una campaña política y tiene que hacerla porque no le queda otro remedio", dijo este lunes Miguel Macías, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Macías manifestó su acuerdo con la destitución de Bucaram, pero consideró que el parlamento incurrió en varios actos inconstitucionales, pues no abrió un proceso contra el ex presidente ni le dio la oportunidad de defenderse.
Además, los parlamentarios "designaron a un gobierno interino, figura jurídica que no se contempla en las leyes ecuatorianas", aseguró Macías.
Si los resultados son desfavorables para Alarcón no cambiarían mucho las cosas, estimó Alexandra Vela, líder del bloque parlamentario de la Democracia Popular.
"Sería muy costoso y apresurado el convocar a elecciones adelantadas y no tendría sentido", si se considera que su mandato concluye el 10 de agosto de 1998, afirmó. (FIN/IPS/mg/ag/ip/97