La huelga de médicos y trabajadores de salud pública llegó hoy en Ecuador a su primer mes sin perspectivas de acuerdo entre el gobierno y los sinicalistas.
Unos 1.000 afiliados al Sindicato Unico de Trabajadores de la Salud tomaron el martes las instalaciones del Ministerio de Salud, en apoyo a su demanda de nuevo contrato colectivo de trabajo.
Pero el ministro de Salud, Guillermo Wagner, que se encontraba en el edificio ocupado, respondió que el gobierno "ya ha cedido lo suficiente, al aumentar los salarios y asignar un mayor presupuesto para el sector. Dar más sería (una actitud) irresponsable".
El secretario de la Administración, Arturo Gangotena, señaló que las negociaciones han entrado "en un punto muerto". El gobierno "ha tenido una actitud receptiva hacia los trabajadores y médicos, pero existen demandas que no se pueden satisfacer", agregó.
La paralización de actividades, que afecta a los 33 hospitales públicos del país, se ha cobrado de momento cuatro víctimas por falta de atención médica, según información oficial.
Se trata de la primera huelga que enfrenta el gobierno provisional de Fabián Alarcón, instalado en febrero, luego que el parlamento destituyera a Abdalá Bucaram.
Los dirigentes sindicales afirman que la huelga se agravó debido a actitudes de las autoridades y en especial del ministro de Salud, quien fue declarado "persona no grata" en una asamblea nacional de trabajadores del sector hospitalario.
"Aún estamos dispuestos a dialogar, pero no lo haremos con ministros o funcionarios de menor jerarquía. Queremos negociar con el Presidente, pues hasta el momento se han burlado de nuestras demandas", dijo este miércoles Carlos Ortiz, presidente del Sindicato de Trabajadores Profesionales de la Salud.
Según Ortiz, Wagner ha provocado otros problemas. "Muestra de ello es el paro preventivo que realizaron este martes los trabajadores del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social", que exigen aumento del presupuesto para su sector.
El Sindicato Unico de Trabajadores de la Salud y el Sindicato de Trabajadores Profesionales de la Salud exigen un nuevo contrato colectivo que contemple aumentos salariales de 100 dólares mensuales en promedio y el incremento de 2,8 a 12 por ciento de los recursos destinados al sector.
Pero las autoridades monetarias argumentan que satisfacer esas demandas aumentaría un déficit fiscal que ya asciente a 6,4 por ciento del producto interno bruto.
"El paro terminará esta semana a como de lugar", afirmó Wagner. Según el ministro, los huelguistas incurren en "delitos contra el Estado", pues "está vigente la ley de emergencia en el sector de la salud".
Los trabajadores que promovieron "la grave situación del sector hospitalario" serán sancionados de acuerdo con la ley de la carrera administrativa, advirtió.
El estado de emergencia en el sector de la salud, decretado por Alarcón dos semanas después de iniciada la huelga, contempla la intervención de la policía y los militares para reanudar los servicios hospitalarios.
Con esa resoluciónm las autoridades lograron que unos 10.000 trabajadores, entre médicos y empleados, se reintegraran a sus funciones. Pero otros 20.000 se mantienen en paro.
Los hospitales de Quito y otras ciudades importantes del país tienen las puertas cerradas desde el comienzo de la huelga y solo atienden las emergencias
"Las amenazas no funcionan. Con mano dura no se puede solucionar un conflicto que está plenamente justificado por todos los ecuatorianos", dijo a IPS Carlos Cepeda, dirigente del Sindicato Unico de Trabajadores de la Salud.
Si bien la huelga afecta a la población de menores recursos económicos, "es peor que la gente se nos muera en los hospitales por falta de materiales. No tenemos presupuesto ni para comprar algodón", destacó Cepeda. (FIN/IPS/mg/ff/he lb/97