La visita a México del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, finalizada el miércoles, derramó miel sobre heridas bilaterales en materia de narcotráfico y migración, y dejó sin alivio otras, en áreas de comercio y política internacional.
En un ambiente de elogios, reconocimientos sorpresivos y promesas de fidelidad, que contrastaron con anteriores roces diplomáticos, los representantes de los dos gobiernos, encabezados por Clinton y Ernesto Zedillo, firmaron 11 acuerdos y dos alianzas.
Para los analistas, el principal resultado de la visita de Clinton, que comenzó el lunes, fue la firma de un documento de alianza contra el narcotráfico, además de la disolución de tensiones.
Estados Unidos también se comprometió a respetar los derechos humanos de los inmigrantes y a definir junto a México nuevos acuerdos en la materia.
El problema generó tensiones a partir de abril, cuando Washington puso en vigencia normas que endurecieron las condiciones de ingreso en Estados Unidos y el control sobre los inmigrantes con y sin documentos.
Las partes no mencionaron sus diferencias respecto de Cuba ni de la ley Helms-Burton, que amplía el bloqueo de Estados Unidos a la isla con disposición de alcance extraterritorial.
Tampoco se refirieron al desarme nuclear que pide México ni a problemas comerciales bilaterales en productos como el atún y el cemento y en materia de transporte.
Para no alterar el clima de entendimiento y lograr que los visitantes se sintieran seguros y distendidos, las autoridades mexicanas no vacilaron en reprimir a quienes quisieron protestar por la presencia de Clinton en esta capital.
También retiraron de la vista a mendigos y niños pobres, y provocaron un impresionante caos de tránsito al cerrar decenas de calles sin previo aviso.
"Estamos profundamente satisfechos con la visita del presidente Clinton", pues se lograron a decisiones que darán prosperidad a los dos países, dijo Zedillo, que calificó a su visitante de "gran estadista".
"La visita (de Clinton) ha sido un completo éxito, hubo seguridad, acuerdos y compromisos mutuos", añadió un portavoz de la cancillería.
Clinton no logró la curación de las heridas bilaterales, aunque puso miel sobre ellas, opinó por su parte el analista Raymundo Riva Palacio, del diario Crónica.
Mientras, Superbarrio, un luchador social enmascarado que trabaja con la organización social Asamblea de Barrios, señaló que "el gobierno impidió la libre expresión y hubo un estado de sitio para complacer a Clinton y a sus amigos".
Estados Unidos y México se comprometieron a realizar todo su esfuerzo para combatir la producción, el tráfico y el consumo de estupefacientes.
Según consta en el documento firmado, el narcotráfico representa una afrenta y una amenaza contra la seguridad de Estados Unidos y México.
Las dos partes acordaron dejar de lado toda recriminación y agilizar la detención y extradición de traficantes, la investigación de lavado de dinero y los planes de prevención.
"No vemos más que una nueva promesa en esta área y, claro, un reconocimiento de Estados Unidos respecto de su responsabilidad por el consumo (de drogas). Veremos qué sucede en los hechos", expresó el analista político Bernardo Barranco.
En un declaración que quiza hubiese sido impensable hace algunos años, Clinton y los funcionarios de Washington reconocieron en México que Estados Unidos debe hacer un esfuerzo mayor para disminuir el consumo de drogas, parte "importante en la ecuación del narcotráfico".
Ni los ejércitos ni la policía serán la respuesta definitiva a la producción, tráfico y consumo de drogas, advirtió el "zar antidrogas" de Estados Unidos, Barry McCaffrey.
Anualmente, mueren en Wstados Unidos 14.000 personas a causa del consumo de drogas y hay en promedio un millón de detenidos por delitos relacionados con el narcotráfico. El gasto de los consumidores estadounidenses de estupefacientes llega a 50.000 millones de dólares.
En la primera visita de Clinton a América Latina, no se logró acuerdo sobre el proceso de certificación antidrogas que aplica Washington cada año a varios países y que México considera ilegal. El caso de la certificación no fue mencionado en ninguno de los documentos firmados. (FIN/IPS/dc/ff/ip/97