Los países de la OCDE anunciaron que prestarán más atención a programas de desarrollo que ataquen la raíz de los conflictos antes de verse obligados por las crisis a prestar ayuda de asistencia, más cara en vidas y en dinero.
Ministros y funcionarios de los países más industrializados del mundo acordaron la semana pasada en París una serie de criterios para el suministro de asistencia de modo de impedir conflictos, restaurar la paz y reconstruir naciones destrozadas por la guerra.
Esos criterios son el fruto de dos años de trabajo y fueron aprobados por el Comité de Asistencia al Desarrollo (CAD) de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que reúne a los 25 países más ricos del mundo.
Los países de la OCDE ahora saben mejor cómo cooperar en la reconstrucción de sociedades, pero deben "aprender más" sobre cómo prevenir el estallido de una guerra, dijo el presidente del CAD, James Michel.
Los gobiernos representados en la organización aseguraron estar comprometidos en la búsqueda de mejores instrumentos para eliminar las raíces de los conflictos antes de que ocasionen grandes pérdidas huanas y materiales y obliguen a una respuesta internacional aun más difícil y costosa.
La CAD reconoce que la asistencia humanitaria no puede ser la única respuesta de la comunidad internacional a crisis complejas y saben que las agencias humanitarias han tropezado con dilemas morales cuando tratan de ayudar a poblaciones atrapadas en situaciones de conflicto.
Los países de la OCDE saben que la prolongación de las crisis económicas puede constituir una fuente de conflicto, pero el crecimiento económico por si solo no impide que se produzcan ni los soluciona y, en ocasiones, intensifica las tensiones de una sociedad.
Entre los factores que pueden precipitar a un país hacia la guerra figuran la desigualdad de oportunidades, la falta de un gobierno efectivo y legítimo o carencias o la ausencia de mecanismos de resolución de problemas generados por diferencias de intereses.
Los proyectos de cooperación al desarrollo deberían tener la finalidad de construir un ambiente de "estabilidad estructural" basado en la paz social, el respeto por los derechos humanos, la responsabilidad de los ejércitos y un desarrollo económico y social sobre una base amplia, acordó el CAD.
Los criterios establecidos por el comité son, al parecer, una adhesión a lo que agencias independientes de asistencia y académicos han pregunado durante años.
Los expertos y organizaciones no gubernamentales manifestaron su beneplácito ante la iniciativa, pero reclamaron una revisión aun más profunda del modo como se efectúan los desembolsos de asistencia antes, durante y después de los conflictos.
"Si son serios en materia de prevención y abordan las causas profundas de los conflictos (o sea, los problemas económicos y la desigualdad de oportunidades en una sociedad), deberán echar una mirada sobre cómo desembolsan el dinero", dijo Ian Bray, de la organización británica Oxfam.
La también británica ActionAid observó que la asistencia bilateral de emergencia como porcentaje de la asistencia bilateral total procedente de los países de la OCDE aumentó de forma dramática de la década pasada a la actual, de 1,6 por ciento en 1983-1984 a 8,4 por ciento en 1993-1994.
Mientras tanto, la asistencia extranjera al desarrollo total se redujo hasta llegar a su mínimo histórico, de 0,34 por ciento del producto interno bruto mundial a 0,30 por ciento.
La asistencia externa debió radicarse en proyectos de largo plazo dirigidos al desarrollo sustentable, pero fue derivada, en cambio, a ayuda humanitaria, lo que dio un alivio a corto plazo y no frenó el ciclo de tres fases constituido por subdesarrollo, crisis y asistencia a la crisis.
"El paradigma actual de los donantes es suministrar aspirinas humanitarias, lo cual es inadecuado y a menudo exacerba las raíces de la guerra", anotó John Prendergast, director del proyecto Cuerno de Africa del no gubernamental Centro de Preocupaciones, con sede en Washington.
"Las complejas crisis que existen en muchos países asolados por la guerra y el hambre en Africa requieren compromisos políticos mucho más significativos de los gobiernos donantes y las organizaciones internacionales de los que se percibe hoy", dijo Prendergast.
Bray, por su parte, estimó que los países de la OCDE deben poner más dinero en proyectos de salud básica, educación primaria y suministro de agua potable y saneamiento.
"Estamos complacidos por el compromiso del CAD, en especial por el hecho de que manifestaron ser conscientes de que la pobreza y la desigualdad son factores de conflicto", agregó el funcionario de Oxfam.
De todos modos, agregó, la asistencia al desarrollo del CAD fue "muy pobre" en materia de reducción de la pobreza. "A menos que aumenten el porcentaje de la asistencia destinada a ese propósito (y proponemos 20 por ciento), no vemos realmente que se ataquen las causas profundas de la pobreza", dijo.
Hoy, los países del CAD destinan apenas cuatro por ciento de su presupuesto al desarrollo al suministro de agua potable y saneamiento, 0,3 por ciento a salud y 0,1 por ciento a educación básica (escuela primaria y alfabetización). (FIN/IPS/tra-en/ao- dds/rj/mj/dv/97