La desnutrición mata en México a cerca de 30.000 niños cada año y condena a otros siete millones a vivir poco y con una marcada inferioridad física y mental.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) sostiene que México no tiene una estrategia adecuada para enfrentar el problema.
Los niños indígenas son los que más sufren. Su dieta diaria de maíz, chile y frijol rara vez puede incluir lo que para sus padres es considerado hoy un lujo: huevos, carne, frutas y leche.
Como sus antecesores, el actual gobierno se felicita por el repunte de indicadores macroeconómicos y asegura que el rezago nutricional, que ensombrece las expectativas de desarrollo, será abatido con su proyecto de liberalización y apertura económica.
Más allá de que muchos, especialmente políticos de partidos opositores, dudan de la afirmación oficial, los expertos en salud y nutrición piden a las autoridades realizar mayores esfuerzos para enriquecer la dieta de los niños más pobres.
La desnutrición afecta hoy a 30 por ciento de los menores mexicanos, cifra tres veces mayor a la que Unicef plantea como meta.
El experto en nutrición Juan Cabrioto recordó que cuando la desnutrición no mata, anula las posibilidades de crecimiento, provoca inferioridad mental y física e incluso incrementa las posibilidades de que el individuo muera pronto y sea un ser dominado y con escasa iniciativa.
Para el experto, la desnutrición es uno de los principales reproductores de la pobreza, que afecta a más de 50 millones de mexicanos.
En el primer Censo de Talla realizado en 1993, las autoridades descubrieron que los niños mexicanos que iniciaban la escuela medían un promedio de 116,8 centímetros. En el segundo, realizado en 1994, la estatura promedio bajó a 115,1 centímetros.
Entre los dos estudios, el número de niños con "una estatura no adecuada para su edad" pasó de 184 por mil a 187 por mil.
Los niños más pequeños y peor alimentados se ubican en los Estados del sur como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, zonas de alta presencia indígena, mientra los más altos y sanos viven en los Estados del norte como Baja California y Sonora.
La alimentación y la calidad de vida tienen fuerte incidencia tanto en la talla como en la capacidad intelectual.
"Un niño con un potencial intelectual excelente puede perderlo a causa de la desnutrición, particularmente si la padece en los primeros cinco años de vida, cuando se desarrolla el sistema nervioso central", señaló en entrevista con el diario "Reforma" Luz Salas, especialista en educación alimentaria.
Abelardo Avila, investigador del Instituto Nacional de Nutrición (INN), sostiene que las estrategias contra la desnutrición en México han fallado entre otros motivos porque sus encargados han actuado "con criterios comerciales o clientelares, pero no de nutrición".
Pese a los programas que se aplican desde los años 50, México continúa siendo uno de los países con mayores problemas de desnutrición en el mundo, reconoció Avila.
Unicef sostiene en varios estudios que México carece de una estrategia para abatir la desnutrición, La tasa de mortalidad infantil se mantiene en 27 por mil, mayor a la de Argentina, Chile, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Desde la crisis económica de fines de 1994, la población mexicana que depende del salario mínimo sólo está en condiciones de adquirir seis de los 35 artículos de la llamada "canasta obrera indispensable".
Por eso estos sectores han dejado de consumir productos como la carne y la leche, indica un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El desequilibrio y las deficiencias de la alimentación de los sectores más desfavorecidos provocan problemas de salud como raquitismo, retardo mental, crecimiento inferior a lo normal, ceguera nocturna, cálculos renales y gastritis, indica el INN. (FIN/IPS/dc/jc/pr-he/97
