Sin arrepentimiento por haber llegado al poder con un golpe de Estado ni por los muertos y desaparecidos del septenio en que gobernó Bolivia (1971-1978), el general retirado Hugo Banzer lidera en las encuestas para las elecciones del 1 de junio.
Pasados 26 años de la aventura militar que lo catapultó en la dictadura más larga de las últimas décadas en Bolivia, Banzer podría retornar al gobierno, esta vez por la vía democrática y constitucional, a sus 71 años, y tras cinco intentos en las elecciones de 1979, 1980, 1985, 1989 y 1993.
Banzer se ha convertido en el blanco de adversarios políticos y organizaciones defensoras de derechos humanos, que remueven su pasado dictatorial para refrescar la memoria de los electores.
En todas las encuestas, partidarias o independientes, Banzer aparece en el primer lugar, con una ventaja promedio de 10 puntos frente a un grupo de cuatro partidos que se disputan el segundo puesto.
La Asociación de Familiares de Desaparecidos y Mártires de la Liberación Nacional (ASOFAMD) desplegó por la televisión una solitaria campaña con testimonios de hijos y madres de desaparecidos, que hacen alusión a las víctimas del "septenio banzerista" y que aseguran que "el pueblo tiene memoria".
La Corte Electoral ordenó elretiro de uno de los spots televisivos de ASOFAMD que comparaba a Banzer con el también ex dictador Luis García Meza, encarcelado y sentenciado a 30 años de prisión por los delitos cometidos en sus 13 meses de gobierno entre 1980 y 1981.
La Corte argumentó un supuesto agravio de esa propaganda contra el candidato Banzer.
En una de sus pocas apariciones en público, el general retirado dijo que no tiene ninguna cuenta pendiente con la historia y que su conciencia está tranquila.
Consultado por periodistas acerca de las desapariciones y asesinatos que ocurrieron en su gobierno, Banzer respondió que "los que resultan daminificados con la privación de su libertad o de su vida es porque no son santos, no son angelitos, porque no venían con florcitas, venían a alterar el orden establecido".
"¿Cómo responde el gobierno en la década del 50 y en esta década? ¿Cómo responde un gobierno? ¿Con banderita blanca? ¿Con pañuelito blanco? ¿Con florcitas? No señor, los que vienen con armas tienen que atenerse a las consecuencias", respondió Banzer.
Al militar se le critica también su avanzada edad y sus adversarios políticos aseguran que esa es la razón por la que el candidato de la derechista Acción Democrática Nacionalista (ADN) aparece muy poco en público y por lo general no asiste a los debates.
Aun si ganara los comicios del 1 de junio, como apuntan las encuestas, Banzer no tendría automáticamente garantizada su elección, ya que al no alcanzar la mayoría absoluta, la designación del próximo mandatario se realizaría en el parlamento resultante de esos comicios.
Sectores políticos y de opinión dan por descontada la alianza de Banzer con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), que retribuiría así el favor que el ex dictador le hizo en 1989 al posibilitar su elección como presidente, pese a haber salido tercero.
La experiencia del sistema político boliviano de elegir en el Congreso a quien resultó tercero en una elección hizo que se cambiara la Ley Electoral, que ahora establece esa posibilidad sólo para los dos primeros.
Por eso se explica la feroz lucha de cuatro partidos por alcanzar el segundo lugar, detrás de Banzer, porque suponen que cualquiera de ellos serían sujetos de mayor consenso que el militar para hacer alianzas para gobernar.
Entre esos candidatos está el propio Paz Zamora, que tiene en contra sus presuntos vínculos del pasado con el narcotráfico, por lo que el gobierno de Estados Unidos le quitó la visa de ingreso a ese país -a él y a toda la cúpula de su partido.
Juan Carlos Durán, candidato del MNR, partido de Sánchez de Lozada, y Ivo Kuljis, de la Unidad Cívica Solidaridad, y Remedios Loza, de Conciencia de Patria, ambos populistas, disputan tanmbién el segundo puesto.
Loza tiene el favor de gran parte del electorado de La Paz, principal plaza electoral de Bolivia.
Otros cinco candidatos completan la lista de aspirantes a la Presidencia, pero no cuentan con mayores posibilidades y alcanzarán probablemente una representación marginal. (FIN/IPS/jcr/dg/ip/97