El primer ministro de Jamaica, Percival Patterson, crítico del bloqueo estadounidense a Cuba, viajó a La Habana para reanimar relaciones bilaterales que en otro tiempo dieron lugar a una activa cooperación mutua.
La invitación a Patterson forma parte de la estrategia de Cuba para lograr su reinserción en el área del Caribe, de donde fue desplazada por presión de Estados Unidos.
El primer ministro, que comenzó el miércoles su visita de cuatro días a Cuba, camina por una vía estrecha, ya que Estados Unidos, el principal socio comercial de Jamaica, se opone a que sus amigos traben amistad con el gobierno cubano.
Cuba y Jamaica tienen profundos lazos históricos. Muchos jamaiquinos vivieron y trabajaron en Cuba a principios de este siglo y sus hijos nacieron allí.
El flujo migratorio se ha revertido, y son cada vez más los cubanos que se radican en Jamaica, principalmente por motivos económicos.
Las relaciones bilaterales se fortalecieron en los años 70, cuando un gobierno socialista se instaló en Jamaica. La distancia de 144 kilómetros que separa a las dos islas pareció entonces reducirse.
Cuba abrió la puerta de sus universidades a estudiantes jamaiquinos de odontología, medicina, ingeniería y arquitectura y, a su vez, envió médicos a colaborar en hospitales públicos y clínicas de Jamaica.
También desembarcaron en este país obreros cubanos para ayudar a la construcción de escuelas, entre fuertes objeciones del opositor Partido Laborista.
Jamaica ha rechazado la ley Helms-Burton, que faculta a los titulares estadounidenses de bienes confiscados por Cuba a perseguir judicialmente a las empresas y particulares de cualquier nacionalidad que negocien con esos bienes.
Así mismo, criticó el embargo que Estados Unidos aplica a Cuba desde 1962, en ocasión de la reunión que los gobernantes del Caribe mantuvieron a principios de este mes con el presidente estadounidense Bill Clinton.
Patterson dijo a Clinton en ese encuentro, realizado en Barbados, que Cuba tiene derecho a reintegrarse en el sistema hemisférico y en el área del Caribe.
La presión de Washington "afecta a nuestro pueblo". Estados Unidos sostiene que "nuestra gente emigra por razones políticas, pero en realidad, la mayoría se marcha por motivos económicos", declaró la embajadora de Cuba en Jamaica, Silvina Santos Guisado.
"Los cubanos no pueden comprar ni aspirinas en el extranjero. Estados Unidos intenta impedir toda relación económica o comercial con Cuba. La ley Helms-Burton y el embargo son actos criminales", afirmó la embajadora.
La embajada de Cuba tiene registrados a unos 130 residentes cubanos legales en Jamaica, pero hay también una cantidad creciente de indocumentados.
Entre enero y marzo de 1996 entraron ilegalmente en este país 63 cubanos que, enfrentados a su deportación, advirtieron que se arrojarían del barco al mar.
No obstante, la mayoría fueron devueltos a su país. Las autoridades jamaiquinas explicaron que esos inmigrantes no reunían las condiciones exigidas para obtener el estatuto de refugiado.
La insatisfacción ante el clima político o las políticas del país de origen no es suficiente para la obtención de ese estatuto, ni tampoco lo es la condición de emigrado por razones económicas, según las cláusulas de la Convención de Naciones Unidas para el Estatuto de Refugiado, de 1951.
El gobierno de Cuba entrega a cada ciudadano cinco libras de arroz y otro tanto de harina y de azúcar, "y eso es todo, durante un mes. Si deseas algo más, debes pagar con dólares, pues el peso cubano no tiene valor", aseguró Amauri, un cubano de mediana edad que llegó a Kingston para visitar a su hijo.
"Al principio, vivir en Jamaica me resultaba difícil, pues no dominaba el idioma inglés. Pero cuando eres joven es más facil adaptarte, y he aprendido incluso a ser agresivo y a emplear palabras soeces cuando conduzco mi automóvil", dijo Pedro, de 23 años, que llegó en 1994 a Jamaica procedente de Cuba.
Pedro, estudiante de medicina antes de abandonar su país, buscaba en Jamica una vida mejor, y parece haberla hallado: se desempeña como ejecutivo de una empresa de computación.
Michael, de 20 años, aprecia la libertad individual que disfruta en Jamaica, pero teme la inseguridad en las calles. "Voy de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. Me gustaría volver a Cuba, si las cosas mejorasen", declaró.
Algunos comentaristas advirtieron que la afluencia de cubanos a Jamaica aumentará a causa de restricciones a la inmigración impuestas en países más ricos del Caribe, como Bahamas y las Islas Cayman, antes abiertos a la presencia de extranjeros.
La visita de Patterson es la primera de un gobernante jamaiquino a Cuba en 20 años.
Patterson ya había estado allí en 1977, como canciller del entonces primer ministro Michael Manley. (FIN/IPS/tra- en/cwb/cb/ff/ip/97


