La producción de azúcar de Cuba no alcanzará este año la meta fijada por el gobierno, al detenerse en poco más de 4,2 millones de toneladas, frente a 4,45 millones en 1996.
El insuficiente resultado de la zafra 1996-1997, anunciado a IPS por fuentes cercanas al sector azucarero, interrumpe el proceso de reanimación de esa industria y podría comprometer el crecimiento económico previsto para este año.
Tras una zafra de 3,3 millones de toneladas en 1995, la agroindustria azucarera cubana logró un salto significativo el pasado año, pero la tendencia no se mantendrá.
Autoridades gubernamentales señalaron que la tardía disposición de los préstamos para el prefinanciamiento de la zafra, estimados en 350 millones de dólares, conspiró contra el pronóstico oficial.
Las presiones de la ley estadounidense Helms-Burton, que refuerza el bloqueo contra Cuba, provocaron el retraso del financiamiento externo concertado e, incluso, la cancelación de algunos compromisos.
Las autoridades locales pudieron vertebrar el pasado año un programa para la recuperación del sector con apoyo en créditos por 300 millones de dólares, pagaderos a corto plazo y con intereses hasta 14 por ciento.
Pero el objetivo gubernamental de mantener la curva ascendente sin saltos espectaculares no se realizará en la nueva zafra, que concluirá el mes próximo.
Fuentes oficiales aseguran que la economía cubana mantendrá su tendencia a la recuperación, aunque su crecimiento será inferior al 7,8 por ciento logrado en 1996.
Según el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, el crecimiento del pasado año respondió a una recuperación en la que participó el sector azucarero.
El aumento del producto interno bruto se apoyó también en un mejoramiento de 8,5 por ciento de la productividad del trabajo y de 54 por ciento de las inversiones.
"Las tasas de crecimiento en los próximos años no serán bajas. Es decir, no volveremos a una contracción. Pensamos que lo peor quedó atrás", afirmó Rodríguez a principios de este mes.
La economía cubana debía crecer cinco por ciento este año, según los planes oficiales, que contaban con el mejoramiento de todos los sectores y con una producción de azúcar superior a 4,45 millones de toneladas.
El presidente Fidel Castro afirmó a la prensa nacional que el aumento previsto en la producción de tabaco, níquel, pesca y otras ramas compensará parcialmente el déficit de azúcar.
La crisis económica iniciada en 1990 afectó directamente el sector azucarero, cuya producción cayó de ocho millones de toneladas en 1990 a 3,3 millones en 1995, el volumen más bajo desde que Castro tomó el poder.
La drástica reducción de las cosechas ocasionó pérdidas a la economía por unos 200.000 millones de dólares, de acuerdo con fuentes oficiales.
Según expertos y autoridades locales, el nuevo estancamiento azucarero parece deberse a la insuficiencia de caña para garantizar la eficiencia industrial en los más de 150 ingenios del país.
Castro dijo el 1 de este mes que unas 200.000 toneladas de azúcar se perdieron en el centro de la isla al paso del huracán Lili por siete provincias.
Más allá de los efectos del huracán, la prensa local insistió en que existen aún muchas plantaciones con rendimiento muy bajo por muchos años de explotación, deficiente uso de fertilizantes e inadecuada atención, que hicieron caer su ciclo vegetativo.
Otra causa parece ser la mala práctica de moler a fin de zafra cañaverales destinados a la próxima cosecha, una práctica destinada a cumplir producciones pactadas previamente o debida al imperativo de buscar el ingreso extra de divisas.
Especialistas consideran que la poca caña disponible tiene también su razón de ser en que en los últimos años se dejaron de renovar y fomentar nuevas plantaciones. Tal situación debe atribuirse, afirman las autoridades, a la falta de recursos materiales.
A todas luces, el límite de la cosecha lo impone hoy la insuficiente disponibilidad de materia prima, una situación que podría permanecer inalterada para la próxima zafra.
Trascendidos aseguran que aún no se han removido 30 por ciento de los campos improductivos para plantar nuevas cepas y que 40 por ciento de los retoños no recibieron la correspondiente atención.
Expertos locales advirtieron se deberá redimensionar el sector azucarero si la agricultura no responde a la demanda de la industria, cuya capacidad instalada duplica la producción actual.
Ese redimensionamiento sería coherente con el proceso de reformas que emprendió el gobierno para mejorar la eficiencia de las empresas del Estado y podría incluir el cierre total o temporal de las fábricas ineficientes y la reubicación en la agricultura de miles de trabajadores industriales. (FIN/IPS/da/ff/if/97