El sida, un tema tabú en Cuba hasta finales de la pasada década, unió a los cantautores Pablo Milanés, Joaquín Sabina y Fito Páez en un concierto benéfico sin precedentes en el país caribeño.
Sabina y Páez acudieron a la invitación de Milanés casi a última hora e imprimieron una nota especial a la noche del sábado, cuando un público de miles de personas canto al coro "quién dijo que todo está perdido/ yo vengo a ofrecer mi corazón".
"Yolanda", "La vida no vale nada", "Años" y tantas otras canciones del cubano, fundador junto a Silvio Rodríguez del Movimiento de la Nueva Trova, sonaron junto a "Poco antes de que den la diez" del español Sabina y un estreno del argentino Páez en el que asegura que quiere "morir en La Habana".
"Jamás olvidaré esta noche", dijo Tania, una cubana portadora del virus de inmunodefiencia humana (VIH) que acudió al espectáculo para repartir condones y propaganda sobre sexo seguro y recoger aportes financieros para los enfermos cubanos.
"Ayude a la compra de medicamentos para los enfermos de sida. Cualquier aporte es bueno", gritaba la joven en una de las entradas al rodeo del Parque Lenin, en las afueras de La Habana, donde se realizó el concierto.
Aunque aún no se conoce el monto total del aporte, fuentes cercanas al Ministerio de Cultura aseguraron a IPS que se estima que unas 18.000 personas acudieron a la llamada "cita por la vida", lo cual significaría un mínimo de 180.000 pesos cubanos (igual en dólares al cambio oficial).
Sin embargo, algunos asistentes al concierto no se mostraron tan optimistas y aseguraron que los reunidos en la instalación, (al aire abierto y con una capacidad para 20.000 personas) no llegaban a 10.000.
Las entradas se vendieron a 10 dólares en las instalaciones turísticas y a 10 pesos cubanos en los centros de trabajo y estudio de La Habana. En Cuba el cambio oficial es uno a uno mientras que en las casas de cambio el dólar se vende a 24 pesos.
Una carta a nombre de los seropositivos cubanos reveló que la donación promovida por Milanés aportará fondos para la compra de nuevos medicamentos que hacen "más humana la vida" de los enfermos de sida.
Hasta el 5 de abril último, en Cuba se reportaron 1.517 personas seropositivas, de las cuales 154 padecen el sida. Desde la detección del primer caso en 1986, 406 cubanos han muerto víctimas de la enfermedad.
El programa cubano de prevención del sida incluye el control de todas las tranfusiones de sangre, el tratamiento sanatorial a un número significativo de portadores y enfermos y realización de pruebas diagnósticas a todas las mujeres embarazadas.
Jorge Pérez, director del Instituto Cubano de Medicina Tropical, reveló en abril que los casos de seropositivos detectados se elevaron de 124 en 1995 a 234 en 1996, un crecimiento de 88,7 por ciento.
El Ministerio de Salud Pública garantiza la atención especializada y totalmente gratuita de todos los afectados lo cual incluye el suministro, también gratis, de medicamentos muy caros como el AZT.
Sin embargo, la crisis económica que vive la isla desde 1990 y la aparición de nuevos medicamentos coloca a las autoridades sanitarias en una difícil coyuntura a la hora de definir prioridades y contar los escasos recursos.
"Cuba no puede ahora enfrentar esos gastos", afirmó la misiva leída durante el concierto.
El tema del sida ha sido desde inicios de esta década motivo de exposiciones de artes plásticas y de conciertos multitudinarios, pero es la primera vez que el arte convoca con el fin de recaudar fondos para la atención médica.
La iniciativa de Milanés encontró el apoyo del Centro de Educación para la Salud, adjunto al Ministerio de Salud, de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras y de la embajada de Gran Bretaña.
También compartieron el escenario los cantautores cubanos Santiago Feliú y Raúl Torres, el trovador español Juan Emilio Batallán y el actor Jorge Perugorría, protagonista de la película cubana Fresa y Chocolate.
"Esta idea no puede quedarse en una noche", dijo a IPS el trovador Jorge García. Varios asistentes al concierto opinaron que la causa del sida bien vale un esfuerzo de los artistas para ayudar a la recolección de fondos.
"Por supuesto, aquí hay gente que viene sólo por ver a Fito, a Sabina o a Pablo. Pero al final se llevan en el bolsillo tres condones y una propaganda atractiva con toda la información sobre las enfermedades de transmisión sexual", comentó Martha Gómez, estudiante de medicina. (FIN/IPS/da/dg/he-cr/97