La Comunidad Andina (CA) se convirtió en el quinto bloque o país en presentar una propuesta sobre cómo negociar el Area de Libre Comercio de América (ALCA), que será analizada en la reunión ministerial de esta semana en Brasil.
El ministro de Industria y Comercio de Venezuela, Freddy Rojas, indicó antes de viajar a la ciudad brasileña de Belo Horizonte que la propuesta recoge elementos esenciales de las presentadas por Canadá, Caricom, Estados Unidos y Mercosur.
Pero añadió que también suma elementos que para los cuatro socios activos de la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela) son trascendentes en la construcción del ALCA.
En el momento actual, las precedentes cuatro propuestas tienen su más aireada divergencia entre Washington y el Mercado Común del Sur (Mercosur), integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que al igual que la alglohablante Comunidad del Caribe (Caricom) estarán en Belo Horizonte con el rótulo de su bloque.
Se trata de la posición del Mercosur de negociar por fases la discusión que se lanzará formalmente en marzo de 1998, en que sea al final que se trate el tema de la desgravación arancelaria en sí misma, mientras que Washinton se sumó a la tesis previa de Canadá y el Caricom de poner todo en la mesa al mismo momento.
La propuesta andina, cuyo texto íntegro fue facilitado a IPS por el Ministerio de Industria y Comercio de Venezuela, se apunta a la tesis mayoritaria de lanzar las negociaciones "en bloque", pero precisa que el camino al ALCA debe ser "gradual y progresivo".
Los ministros andinos, reunidos el día 9 en Caracas, establecieron cómo será su negociación en bloque dentro del ALCA, después que los presidentes determinaron una participación conjunta en el proceso, durante una cumbre en abril.
También designaron a Rojas como su portavoz para encontrarse por separado en Belo Horizonte con los colegas de Mercosur, América Central y Caricom y plantearles avanzar rápidamente con cada grupo en la creación de tres zonas de libre comercio, cuya negociación esperan concluir este año, salvo con el Caribe.
El ALCA, cuando complete lo que se acuerde como plazo máximo en el año 2005, será el mayor mercado ampliado del mundo, por sus habitantes (765 millones de personas), en términos económicos, al reunir un producto interno bruto de 11 billones de dólares, y en intercambio comercial, con 25 por ciento del total mundial.
De los 2,5 billones de dólares transados en el continente, 89 por ciento lo son entre los tres países que integran el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC): Canadá, Estados Unidos y México.
La propuesta de CA plantea que el ALCA debe ser un un acuerdo de nueva generación, que comprenda aranceles, reglas de comercio de mercancías, servicios, inversiones y propiedad intelectual.
El ALCA deberá tener "total consistencia" con la Organización Mundial del Comercio (OMC), un paraguas impulsado por todos los latinoamericanos y caribeños, respetando incluso el mayor plazo que se otorga a los países en desarrollo y los menos desarrollados, al que es reticente Washington.
Se buscará además la máxima liberalización del comercio mediante una progresiva desgravación, que sea rápida, tenga limitadas excepciones y eso sí, consideración especial para las llamadas pequeñas economías.
Suma que el ejercicio del ALCA deberá producir constantemente resultados sobre las áreas de acción inmediata y facilitación de negocios, porque esto impulsará el proceso. Pero esas áreas no serán un fin en sí mismas, sino una evolución natural de las negociaciones y no interferir con ellas.
Es una posición que discrepa con Mercosur, que insiste en que la primera fase negociadora debe concentrarse en la facilitación de negocios, para consolidar el acercamiento continental y favorecer la posterior negociación de la desgravación.
La liberalización del comercio de servicios será en el 2005 y la inclusión de nuevos temas se hará sólo si están vinculados al comercio y maduros a nivel multilateral, otro tema que enfrenta al sur con el norte del continente.
Washington quiere incluir condiciones ambientales y laborales como ya hizo el presidente Bill Clinton con el TLC y dejar abierto que se sumen otros temas a la regulación continental en el futuro.
El ALCA será, según la CA, un acuerdo que se aceptará por los 34 países signatarios como un todo único, coexistirá con los pactos bilaterales y subregionales existentes y éstos podrán incluir mayores compromisos que el área continental.
Para la CA las negociaciones tienen que concluir máximo en el año 2005, un punto en el que se enfrenta al Mercosur, y tener un adelanto significativo antes del 2000, para comenzar a regir en cuanto se logre el acuerdo.
Concuerda con las cuatro propuestas en que se puede negociar por país o por bloque, pero demanda que los 11 grupos de trabajo de la actual fase preparatoria se reduzcan y sinteticen temas.
También se pronuncia en cuanto a la forma de las negociaciones para que se cree una Secretaría Permanente que conduzca el proceso y fije una única sede para el mismo, accesible para todos y no deliberante.
El Mercosur plantea, en cambio, que la conducción de la negociación sea promovida por el mismo Comité Tripartito que ha apoyado al coordinador de la etapa preparatoria, el venezolano Miguel Rodríguez Mendoza.
El comité lo forman el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comision Económica para América Latina y la Organización de Estados Americanos, en cuyo marco surgió el proyecto del ALCA durante la cumbre hemisférica de diciembre de 1994.
Caricom, por el contrario, quieren dar a esa secretaría el mismo poder regulatorio y de decisión que tiene el presídente de la OMC, mientras que Estados Unidos y Canadá quieren una insqqqqtancia separada especial, pero sin gran poder de decisión.
Los andinos también piden que los grupos negociadores tengan un presidente designados por su valor profesional por un periodo determinado y renovable, y que ejerzan su papel en forma personal y sin ataduras a un gobierno determinado.
También plantean crear un Comité Coordinador integrado por viceministros de Comercio.
Sobre la participación de los empresarios privados, la CA cree que cada país debe quedar libre de si los incorpora a la negociación y como lo hace, pero los grupos negociadores deberán tener en cuenta las propuestas del sector privado.
La CA dedica el octavo y último de los puntos en que dividió su propuesta a las economías más pequeñas para indicar que sus países consideran vital que haya un esfuerzo especial para atender su situación y favorecer su real inserción en el proceso.
También demanda que se estructuren plazos diferenciados de desgravación, según el nivel de desarrollo de los 34 países. (FIN/IPS/eg/dg/if-ip-en/97