El gobernador de Brasilia, Cristovam Buarque, reclamó a la juventud de la ciudad que "abra la caja negra" de la violencia en Brasil, cuando la sociedad no se libra aún de la conmoción por el asesinato del indígena Galdino Jesús dos Santos.
Buarque asistió a uno de los debates realizados en centros de enseñanza de la capital sobre el crimen, cometido por cinco adolescentes adinerados que prendieron fuego al indígena, que dormía en el refugio de una parada de ómnibus, por diversión.
En uno de los debates, en el Centro de Enseñanza Oracina Catta Preta, en el barrio Lago Norte, "los alumnos, en especial los más pequeños, se emocionaron y casi lloraron" en un acto convocado para condenar la muerte de Dos Santos, dijo la coordinadora, Katilen Machado.
Los cinco adolescentes que lo mataron "no tenían nada que hacer y se creyeron superiores al indígena", comentó el estudiante Jguilherme Henrique Nagano, de 17 años.
"El Brasil que quiero es un país donde el sin tierra tenga tierra", dijo en un debate similar una añumna de la Escuela 206 Sur. Otra agregó que "los indios, mendigos, negros y pobres deben ser respetados".
Buarque dijo en la escuela pública 206 Norte, ante 100 niños, que "si Brasil fuera un país educado, Dos Santos no habría estado durmiendo en una parada de ómnibus a las tres de la mañana", pues "habría solidaridad mutua, sin diferencias entre pobres y ricos".
Gislaine Ferreira Lima, estudiante de esa escuela de 13 años, dijo que para combatir este tipo de crímenes es preciso "una buena orientación de los padres, que deberían tener conciencia de la exclusión social que se sufre en Brasil".
Si hubiese sido progenitor de uno de los vándalos, "dedicaría mi vida a luchar para que nunca más otro padre pasase por esto y procuraría entender dónde fallé como padre y como ciudadano", y que no repudiaría a su hijo pero tampoco obstruiría el trabajo de la justicia, dijo.
Ante otra pregunta de los estudiantes, Buarque afirmó que "le daría una buena paliza" a su hijo si supiera que está involucrado en actos de vandalismo, si bien sostuvo que eso sería un síntoma de que necesita mayor atención paterna.
"Debemos abrir la caja negra de la sociedad brasileña y descubrir por qué los padres de las clases privilegiadas no ven a los ciudadanos excluidos como iguales. Cada uno de nosotros tiene un poco de culpa por lo que sucedió", concluyó.
"Es importante que la máxima autoridad del Distrito Federal nos ayude a generar conciencia en los niños sobre la banalización de la violencia", sostuvo la directora de la escuela 206, Rosimar Vieria Chaves.
El gobierno de Brasilia decretó una jornada de debates sobre la violencia en Brasil en todos los centros de enseñanza, pero eso no fue necesario en algunos casos.
Desde el primer día de cursos tras el asesinato de Dos Santos, los alumnos del Centro Educacional Sector Oeste "debaten sobre la condición del indígena en la sociedad" brasileña, dijo el director de ese centro de enseñanza, Rondon Porto.
Eso fue decidido por los alumnos y los profesores de portugués, filosofía y sociología, y los educadores de otras asignaturas también participaron en la discusión. (FIN/IPS/mj/ip/97