Los habitantes del campamento Parcela 30, que viven en precarios refugios esparcidos alrededor de callejuelas enlodadas, aún no saben si deben creer en la promesa del gobierno chileno de que pronto tendrán un verdadero barrio, con casas y alcantarillas.
Pero sin duda podrán reclamar si esto no se concreta, pues el propio presidente Eduardo Frei los visitó para hacer la promesa en el marco de un ambicioso proyecto denominado Chile Barrio con el cual se espera lanzar desde junio una ofensiva a gran escala contra la extrema pobreza en Chile.
El plan presidencial volvió a concentrar la atención en el urticante problema de la desigualdad existente en medio de la próspera economía chilena, pues la estrategia está dirigida a casi 100.000 familias, que habitan en 972 campamentos, también denominados "asentamientos precarios".
De acuerdo con el mandatario se beneficiarían unas 500.000 personas, pobres dentro de una categoría de pobreza que según estadísticas oficiales comprende a 3,4 millones de habitantes, 24 por ciento de la población nacional.
Todas estas cifras comenzaron a reaparecer en los medios nacionales en el marco de anuncios sobre la formación de comités que desde esta semana comienzan a ocuparse del programa Chile Barrio, cuando paradójicamente seguían sonando los ecos de un elogioso informe internacional.
El día 20 el Foro Económico Mundial anunció desde Suiza que Chile ocupa el puesto 13 entre las economías más competitivas del mundo, por encima de Japón (14) o Corea (21), así como de otros países latinoamericanos, entre los cuales el más cercano es México (33).
El tema de los campamentos fue abordado por Frei apenas horas después, en el marco de un mensaje ante el Congreso el día 21, cuando demandó "no más miseria a orilla de los ríos, de las ciudades, de la línea férrea".
Durante los días siguientes el mandatario visitó el campamento de Parcela 23, mientras se difundía un estudio de la Universidad de Chile según el cual de los 972 campamentos con personas en extrema pobreza 111 son de "máxima precariedad".
El director del programa Chile Barrio, Héctor López, confirmó este lunes que el objetivo es lanzar una estrategia integral, en la cual se contempla la entrega de soluciones habitacionales, de servicios sanitarios y además la generación de empleos.
Sin ningún tipo de infraestructura urbana, sin trabajos ni escuelas, los habitantes de los campamentos son en general personas desplazadas por la falta de oportunidades y se reúnen para tratar de sobrevivir a través de iniciativas como "ollas comunes".
Se trata de una realidad casi invisible para el resto de la población, salvo cuando esas personas aparecen en las noticias como víctimas de desastres naturales, en especial las lluvias, como erradicados o asediados por los dueños de los predios donde se han instalado.
El gobierno se ha comprometido a realizar proyectos de radicación en vez de erradicación, en el marco de los cuales se atribuye gran importancia a la capacitación de las personas.
Pero la estrategia también responde al hecho de que las personas afectadas por la pobreza crítica difícilmente logran beneficiarse de los programas estatales, pues no cuentan con la capacidad para llegar hasta las fuentes de recursos.
El gobierno de Frei asegura que la pobreza en Chile bajó de 28 a 24 por ciento con ayuda de planes puestos en marcha por el Estado, pero diversos estudios sociales argumentan que los beneficiados no son los más pobres.
En el caso de Chile Barrio, el propósito es salir a buscar a quienes necesitan los recursos en vez de esperar a que ellos lleguen, y una vez dado el primer paso se los incorporaría a programas destinados a la capacitación y la autoayuda. (FIN/IPS/lac/dg/pr-dv/97