El sistema de salud previsional privado de Chile reaccionó hoy con severas críticas al gobierno después que el presidente Eduardo Frei anunció la eliminación de un subsidio con el fin de usar los recursos para beneficiar la atención pública a los más pobres.
"Es un grave error", advirtió este jueves la Asociación de Isapres (Institución de Salud Previsional), al advertir que kla medida afectará a unos 380.000 trabajadores afiliados a este sistema, y que éstos serán justamente los de menos recursos.
El anuncio sobre el sistema de salud fue el más comentado del tradicional discurso de «cuenta anual» que presentó Frei ante el Congreso este miércoles, aunque se había filtrado a la prensa local hace una semana.
«No es posible aceptar que los recursos destinados al financiamiento de servicios de salud para los más pobres sean, en definitiva, desviados para subsidiar servicios a personas con mayores recursos», advirtió el mandatario.
En Chile coexisten sistemas previsionales de salud público y privado, aunque estos últimos exigen una imposición un poco más elevada del sueldo del trabajador, y generalmente su repertorio de prestaciones es más limitado, aunque su atención sea más expedita.
Frei anunció que cortaría el subsidio de dos por ciento sobre el sueldo imponible, creado en 1986 para estimular el traslado de cotizantes desde el sector público hacia el privado, lo que representará un recorte de 60 millones de dólares en aportes estatales a las prósperas Isapres.
Por otra parte, el presidente anunció medidas técnicas y administrativas para cobrar «a quien corresponda» por la atención en hospitales públicos a personas que son cotizantes de Isapres, pero que no reciben atención adecuada de estas instituciones privadas.
Muchos chilenos recurren a la atención pública cuando tienen enfermedades graves o catastróficas que no son cubiertas por la mayoría de los planes de salud privados, o cuando ellos son tan básicos que no alcanzan para solventar prestaciones especializadas u hospitalizaciones.
Según informó Frei, «por este concepto el sector público pierde 30 millones de dólares», pues en la práctica se financia a pacientes que dejan sus recursos en las Isapres.
Frei dijo que tras la eliminación de estos subsidios, esos recursos serán derivados hacia la atención de salud del sector público.
Mientras los parlamentarios oficialistas coincidieron en la necesidad de usar los fondos para atender a las personas de menores, la oposición calificó la medida como «puñetazo a la clase media».
El Colegio Médico respaldó firmemente la decisión del presidente, considerando que beneficia al sistema de Isapres, "porque son ellas las que reciben ese dinero de los afiliados», que constituyen la base de su negocio.
Pero la Asociación de Isapres no cedió en sus críticas por la «muestra de desconfianza hacia el sector privado», que les haría mucho más difícil brindar prestaciones a trabajadores de menores recursos.
«Este no es un subsidio a las Isapres», insistió el presidente de la Asociación, Manuel Caviedes, quien anunció que las asociaciones de ese tipo realizarán una campaña para tratar de evitar a nivel parlamentario que se produzca la eliminación del subsidio.
Si pese a todo eso ocurriera, dijeron, unas 250.000 personas más sus familiares, alrededor de la cuarta parte de los cotizantes de las Isapres, se irían hacia el sistema público, al que las firmas privadas acusaron de «gestión deficiente».
«Tenemos plena confianza en la fortaleza y solidez de las Isapres para que eso no suceda», comentó este jueves el ministro de Salud, Alex Figueroa, según el cual si se produce ese éxodo será una señal de que la prestación del servicio privado no es adecuada.
El gobierno precisó que el retiro de los subsidios se hará en forma gradual, mediante leyes que ingresarán al Congreso durante el segundo semestre de 1997. (FIN/IPS/lac/dg/if-pr/97