La inseguridad continúa vigente en la caótica Chechenia y ahuyenta a las organizaciones de ayuda humanitaria, pese al acuerdo de paz firmado esta semana entre el presidente ruso Boris Yeltsin y el líder checheno Aslan Masjadov.
Yeltsin y Masjadov suscribieron el lunes un nuevo acuerdo que puso fin en el papel a la última ronda de enfrentamientos del conflicto iniciado en diciembre de 1994, cuando Moscú envió tropas a Chechenia para aplastar la insurrección separatista.
Pero los chechenos opuestos a las conversaciones de paz, llamados "los partidarios de la guerra", urgieron a una renovación de la lucha por la independencia.
Estos chechenos son responsabilizados por una nueva ola de bombardeos en el sur de Rusia y secuestros en la propia Chechenia, incluido el de un equipo de la televisión rusa, así como la captura de decenas de soldados.
Todas las organizaciones humanitarias extranjeras se retiraron de Chechenia en diciembre de 1996, tras una serie de ataques que culminaron en el asesinato a sangre fría de seis trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja que se hallaban durmiendo en una unidad de emergencia.
Jozh Ajmed Yarijanov, ministro de Petróleo de Chechenia, estimó que hay 137 grupos armados independientes y sin control que operan actualmente en las tres regiones clave de procesamiento de petróleo de la república. Se presume que hay cientos más de esas bandas por toda Chechenia.
La república padeció el bombardeo aéreo más intenso de cualquier conflicto desde la segunda guerra mundial. Cientos de miles de hogares resultaron dañados, y los refugiados no pueden regresar pues no tienen dónde vivir.
Según la Cruz Roja, actualmente hay 90.000 personas que sobreviven en la ruinosa Grozny, frente a 400.000 antes de diciembre de 1994.
Unas 50.000 personas necesitan ayuda con urgencia en la ciudad, así como 120.000 desplazados en toda Chechenia. Hay además entre 20.000 y 30.000 desplazados en el vecino Dagestán y 25.000 más en Ingushetia.
Aunque los informes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa sugieren que los suministros de alimentos están normalizándose, se necesita con urgencia la reconstrucción de viviendas y hospitales, la reparación de las redes de saneamiento y equipos y suministros médicos.
La Comisión Europea autorizó 1,6 millones de dólares en ayuda humanitaria para Chechenia, que será administrada por la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO), pero al igual que otras agencias de ayuda en la república separatista, se ve afectada por la falta de seguridad.
ECHO trabajará en los próximos seis meses junto con los grupos Acción contra el Hambre, Merlin y Médicos sin Fronteras, para la implementación de la ayuda.
Susanne Berger, portavoz de la Cruz Roja en Europa oriental, dijo a IPS que su organización no proyecta enviar personal a Chechenia en el corto o mediano plazo, ya que la investigación de los asesinatos de diciembre no arrojó sospechosos y la situación es aún muy inestable.
"Lo que estamos haciendo actualmente en Chechenia se llama 'control remoto"', explicó. "Nuestros 20 delegados establecidos en la ciudad de Nalchik (140 kilómetros al oeste de Grozny) controlan desde allí las actividades del personal local en Chechenia", agregó.
"Gracias a ellos, dos hospitales de Grozny fueron reequipados, se está creando un banco de sangre y el principal suministro de agua se controla sistemáticamente. La única organización socia que tenemos en Chechenia actualmente es la Cruz Roja local (de Rusia)", destacó Berger.
Aun organizaciones experimentadas en conflictos como Médicos sin Fronteras/Bélgica debieron retirarse de Chechenia para proteger a su personal. Actualmente opera desde Dagestán ayudando a los desplazados, y continuará trabajando "a control remoto" hasta que se garantice seguridad en Chechenia.
"Hemos sufrido reiterados ataques y la situación es muy peligrosa. No regresaremos a Chechenia hasta que se descubra quiénes mataron a los seis trabajadores de la Cruz Roja", advirtió Alain Devaux, funcionario administrativo de la organización en la Federación Rusa.
El pacto del lunes supuestamente pone el sello final a un cese del fuego acordado el pasado agosto, cuando se suspendió por cinco años la antigua discusión sobre la formación de un estado checheno para permitir las elecciones (celebradas el 27 de enero), la reconstrucción y la negociación pacífica.
El portavoz del Kremlin, Sergei Yastrzhembsky, dijo a la agencia de noticias Interfax que el tratado comprometió a ambas partes a abstenerse de la fuerza y construir relaciones "acordes con las normas del derecho internacional".
El propio Yeltsin, hablando por televisión exhortó por televisión al fin de la anarquía armada. "Depende de nosotros detener los conflictos y los actos de terrorismo", y "las autoridades chechenas deben garantizar la seguridad de los periodistas y otros trabajadores en la república", dijo el presidente. (FIN/IPS/tra-en/ns/ai/rj/ml/ip-hd/97