El ex presidente Jaime Paz Zamora tiene en sus presuntas relaciones con el narcotráfico a su peor enemigo para volver al gobierno de Bolivia, pero la votación que podría obtener este domingo le permitiría sellar una alianza con el general Hugo Banzer.
A los 58 años, Paz Zamora, candidato presidencial del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), intenta el retorno al poder en el peor momento de su carrera política, acosado aún por el escándalo destapado en 1994 por su amistad con el narcotraficante Isaac "Oso" Chavarría.
Tres años después de ese escándalo, que lo llevara a renunciar a la actividad política y a admitir "errores pero no delitos" en su relación con "Oso" Chavarría, Paz Zamora conserva gran parte de su popularidad.
Pero quien le retiró su confianza política es el gobierno de Estados Unidos, por sus presuntas vinculaciones con el comercio de drogas y por concesiones que habría hecho durante su gobierno en favor de narcotraficantes "arrepentidos", condenados a penas relativamente cortas.
Paz Zamora y otros ocho dirigentes del MIR se vieron privados de sus visas de ingreso a Estados Unidos.
Durante esta campaña electoral se supo que altos responsables de la lucha antidroga de Estados Unidos advirtieron que la presencia directa o indirecta de Paz Zamora en el futuro gobierno colocaría a Bolivia en riesgo de ser "descertificado".
Cada año Estados Unidos "certifica" (avala) o no el comportamiento de diferentes países en la lucha contra el comercio de estupefacientes ilegales.
El líder del MIR argumenta que nunca pudieron probarle las acusaciones ni fue juzgado. El único dirigente condenado por este caso (a cuatro años de cárcel) es Oscar Eid, número dos del MIR, principal estratega y brazo derecho de Paz Zamora.
En 1989, para acceder al poder Paz Zamora pactó con el ex dictador Banzer, el hombre que en la década de los 1970 persiguió y exilió a los entonces rebeldes líderes del MIR.
De su gestión de gobierno (concluida en 1993) se recuerda la "diplomacia de la coca", que impulsó bajo la consigna de que "coca no es cocaína", estrategia que nunca fue de la simpatía de Estados Unidos.
Pero las críticas más fuertes a su administración se centraron en el nivel de corrupción de sus colaboradores.
Pese a ello, Paz Zamora conserva el tercer lugar en las preferencias de voto para las elecciones de este domingo, aunque ya nadie duda que los votos de los parlamentarios del MIR irán a Banzer.
Paz Zamora lleva como candidato a la vicepresidencia a Samuel Doria Medina, industrial del cemento que en 1995 fue secuestrado en La Paz por el grupo guerrillero peruano Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). (FIN/IPS/jcr/dg/ip/97