Sectores de trabajadores bolivianos iniciaron este lunes una huelga general indefinida a nivel nacional, que nació parcialmente neutralizada por un inesperado "receso" escolar de una semana decretado por el gobierno.
Esta es una de las últimas medidas de la Central Obrera Boliviana (COB) contra la gestión del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, que cesará en sus funciones el 6 de agosto.
El movimiento sindical se suma a la huelga de hambre que desde hace una semana cumple un grupo de dirigentes sindicales, entre ellos el máximo líder de la COB, el minero Edgar Ramírez.
La central exige la satisfacción de reivindicaciones salariales y de demandas de política económica consideradas "inaceptables" por las autoridades.
El ministro de Trabajo, Alberto Vargas, anunció que declarará de ilegal la huelga instruida por la COB por un supuesto afán de los dirigentes de "entorpecer el proceso electoral" que concluirá con las elecciones del 1 de junio.
"Pretenden (los dirigentes sindicales) que se cambie la Ley de Pensiones, piden revertir la capitalización de empresas (una forma de privatiación), eliminar el Bonosol, cosas que no se pueden negociar", dijo.
La capitalización es un proceso concluido, lo mismo que la nueva Ley de Pensiones que introduce el sistema de capitalización individual y la vigencia de las administradoras privadas de fondos de pensiones.
El "Bonosol", nombre popular del Bono Solidaridad, es una asignación anual vitalicia de 248 dólares a todo ciudadano boliviano mayor de 65 años que comenzó a pagarse el día 5 con los recursos generados por la capitalización de empresas del Estado.
En esas condiciones y con el acatamiento de sólo el magisterio y de los trabajadores en salud, la huelga indefinida de la COB no parece tener mayores posibilidades de ganar esta "batalla desigual" con el gobierno, según dijo el propio dirigente Ramírez.
Ni siquiera un dramático llamado a la unidad de los trabajadores -formulado por Ramírez desde su lecho de huelguista de hambre- pudo conseguir que otros sectores de trabajadores se plieguen a la medida.
Los trabajadores fabriles, por ejemplo, acompañarán a las movilizaciones de protesta con sólo un paro de 24 horas el día 19.
Incluso los universitarios, históricos aliados de los trabajadores bolivianos, se desmarcaron parcialmente de las protestas de la COB y anunciaron que dependiendo del curso que tome el conflicto social podrían sumarse al paro a partir del lunes.
El máximo líder de la COB ha criticado a Sánchez de Lozada y a sus ministros por no tener "ningún interés" en discutir el petitorio de los trabajadores ni querer solucionar cualquier demanda sectorial.
Ramírez anunció que las medidas de presión continuarán hasta que este gobierno o el próximo atienda a las demandas de los trabajadores.
"Nuestras demandas son a una autoridad, y mientras Gonzalo Sánchez de Lozada sea presidente pelearemos contra él", dijo Ramírez. (FIN/IPS/jcr/dg/ip-lb/97