Ex socialista y ahora encendido adversario de sus posturas juveniles, el escritor peruano Mario Vargas Llosa rompe lanzas en su libro "La Utopía Arcaica" contra uno de los emblemas de la literatura izquierdista en este país: José María Arguedas.
Vargas Llosa y Arguedas son los más importantes escritores peruanos del presente siglo.
Desde el subtítulo, "José María Arguedas y las ficciones del indigenismo", Vargas Llosa proclama la intención polémica de su libro, en el que califica al indigenismo como una ficción ideológica conservadora y dice que Arguedas expone "una utopía arcaizante y antimoderna".
Condena también a la "literatura comprometida", uno de sus blancos favoritos desde que a finales de la década del 60 renunció al izquierdismo de sus años universitarios y a su inicial simpatía por la revolución cubana.
A pesar de su prosa elegante y precisa y del abrumador aporte de datos que despliega Vargas Llosa para sostener su tesis, es probable que por el carácter local de su tema, este libro pase casi desapercibido fuera de Perú, pero en este país provoca enconada polémica.
Una reacción a la que no es ajena la reciente trayectoria política del escritor, quien se nacionalizó español poco después de perder las elecciones presidenciales peruanas de 1990, irritado porque sus compatriotas prefirieron votar por un hasta entonces desconocido ingeniero agrónomo de ancestro japonés.
"La Utopía Arcaica es la continuación de la polémica que Vargas Llosa tiene contra los peruanos. En este libro debate con la intelectualidad peruana casi en su conjunto, descalifica al socialismo, el izquierdismo y a la tradición indigenista", expresa el sociólogo Daniel del Castillo.
"La relación que ha tenido Vargas Llosa con el mundo andino ha sido siempre muy difícil y distante. Me parece egocéntrico que niegue la existencia de lo que no entiende. Creo que lo que hace es no perdonarse haber sido de izquierda alguna vez en su vida", comenta la investigadora Patricia Oliart.
Vargas Llosa es un escritor de fama mundial y Arguedas es casi desconocido más allá de las fronteras, pero, según una encuesta efectuada hace dos años entre escritores, estudiantes y políticos peruanos, la obra narrativa de este indigenista es significativa para entender a Perú.
El movimiento indigenista fue una corriente intelectual y artística surgida en la década del 20 como respuesta al hispanismo oficial predominante en Perú y para reinvidicar al indio y a la cultura quechua.
Los más importantes exponentes del indigenismo fueron el pintor José Sabogal, el historiador Luis Valcárcel, el periodista José Carlos Mariategui (fundador del Partido Comunista Peruano).
La última de sus grandes figuras fue precisamente el novelista y antropólogo José María Arguedas (1911-1969).
De raza blanca e hijo de un juez y una terrateniente serrana, Arguedas quedo huérfano de madre a los tres años y su infancia transcurrió bajo los abusos de una madrastra que lo odiaba y lo hacía dormir y comer con los sirvientes indígenas.
De esa atormentada infancia surgio un escritor bilingüe, que pensaba en quechua y escribía en español, y que hasta el final de su vida prefirió la compañía de los indios a la de los blancos y mestizos que ostentan el poder social y político.
Su libro de cuentos "Agua" y sus novelas "Yawar Fiesta", "Los ríos profundos", "Todas las sangres" y "El zorro de arriba y el zorro de abajo" son considerados fundamentales para entender la atormentada visión de los indígenas peruanos.
Arguedas se suicidó con un balazo en la sien, "frente a un espejo para no errar el tiro", "cuando el mito del comunismo comenzaba su eclipse, después de la destrucción por los tanques soviéticos del intento democratizador del socialismo de la Primavera de Praga", en 1968, dice Vargas LLosa.
Para Vargas LLosa, el indigenismo constituye una propuesta social irracional y mágica, que desemboca en el callejón sin salida de las utopías socialistas. Afirma que Arguedas sacrificó su talento por la servidumbre a sus objetivos ideológicos.
"Vargas Llosa escribe este libro a la misma edad que tenía Arguedas cuando se suicidó, 59 años…Sin duda, cada autor tiene una cita con su propio destino y creo que al escribir este libro Vargas Llosa ha querido terminar con una época suya", comentó el sociólogo Guillermo Nugent.
Según añadió, Vargas Llosa protagonizó un intento de suicidio, descrito en su libro "La orgía perpetua", "que no ha tenido mayores consecuencias hermenéuticas y del que ningún crítico de la obra vargallosiana se va a ocupar…".
Otro de sus críticos, Nicolás Yerbi, alabó la prosa y la exahustiva investigación expuesta en el ensayo de Vargas Llosa, pero consideró una trampa ideológica que contrapusiera los conceptos de modernidad e indigenismo.
Comentó que, pese a su declaración de guerra contra el indigenismo, en dos de sus novelas menos afortunadas ("Lituma en los Andes" e "Historia de Mayta") Vargas Llosa incurrió en una parodia "neoindigenista de derecha". (FIN/IPS/al/dg/cr-pr/97)