Estudiantes universitarios argentinos ocuparon dos facultades y se manifestaron hoy frente al Rectorado en reclamo de más presupuesto, mientras un grupo de maestros continúan la huelga de hambre iniciada hace 42 días en demanda de financiamiento para la educación pública.
Los maestros protestan por la anulación del contenido de la ley de financiamiento educativo. Un decreto presidencial eliminó los impuestos creados por la norma, que aportaban 800 millones de dólares al año para solventar la educación.
El gobierno asegura que gasta al año 10.500 millones de dólares en educación, y que 80 por ciento se va en salarios. Pero los maestros y profesores, que tienen el asesoramiento de 50 economistas, dicen que el gasto en sueldos no llega a 5.000 millones.
Estudiantes secundarios bloquearon esta semana una avenida muy transitada de la capital para protestar por las malas condiciones del edificio de clases. Dos cuadros tapan de uno y otro lado un agujero en la pared que separa dos aulas.
El colegio cuenta con 3.000 alumnos, más el personal administrativo y docente, pero sólo funciona un baño. Paredes, techos y pisos están destruídos y las promesas de reparación no se cumplen.
Entre tanto, estudiantes de las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Filosofía y Letras ocuparon sus sedes en protesta pacífica por el recorte de 300.00 dólares de un presupuesto ya ajustado que se destina principalmente al pago de salarios.
La estatal Universidad de Buenos Aires tuvo en 1996 un presupuesto de 277 millones de dólares para 157.000 alumnos. Ese fondo implica un gasto de 1.300 dólares al año por estudiante, un promedio que en unversidades privadas de Argentina asciende a 7.000 ó 14.000 dólares y en Estados Unidos supera los 40.000.
Los estudiantes de Filosofía y Letras reclaman además una sede más amplia, para superar las condiciones de hacinamiento en que toman los cursos. La inscripción en las carreras de ciencias sociales creció de 3.000 a 12.000 alumnos, manteniéndose la misma sede, que era antes una maternidad.
Así mismo, los estudiantes rechazaron un crédito del Banco Mundial, que lleva el nombre de Fondo de Mejora de la Calidad Educativa, por considerar que se sigue incrementando la deuda externa del país y se condiciona el contenido de los programas al interés de la entidad crediticia.
Ante estas dificultades y la falta de diálogo con las autoridades, los alumnos anunciaron este jueves ante el Rectorado que el día 22 bloquearán una calle de la capital para tener allí una clase abierta, destinada a llamar la atención sobre sus problemas.
También propusieron una marcha nacional de la educación para el día 28, con apoyo de la federación nacional de estudiantes universitarios, de los profesores y de la confederación que nuclea a todos los sindicatos de la enseñanza, que realiza la huelga de hambre frente a la sede del Congreso legislativo.
Los maestros comenzaron su ayuno el 2 de abril, y varios debieron ser relevados por sus malas condiciones de salud. Uno de ellos sufrió convulsiones esta semana y, tras recuperarse, decidió volver a la tienda de campaña levantada por los manifestantes frente al parlamento.
La secretaria general del sindicato de maestros, Marta Maffei, se sumó hace dos semanas al grupo de ayunantes para jerarquizar la protesta y lograr que los parlamentarios aprueben una de las 11 iniciativas de legislación para el financiamiento educativo.
Maffei destacó que el salario mensual promedio de los maestros argentinos ronda los 300 pesos (igual en dólares), mientras que la canasta familiar se calcula en 1.378 pesos al mes.
Los profesores universitarios con dedicación exclusiva, que en las carreras de ciencias exactas deben tener el doctorado, perciben mensualmente 1.200 pesos y no pueden realizar otra tarea en el ámbito privado.
A la falta de una ley que ayude a financiar la educación, se suma el problema de la transferencia de escuelas a las provincias del interior, cuyas administraciones están en quiebra.
El traspaso implica un gasto adicional de 1.300 millones de dólares. (FIN/IPS/mv/ff/lb cr/97
