El director el Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, finalizó hoy una breve visita a Argentina, donde advirtió sobre la necesidad de atender los efectos sociales del modelo económico, para evitar la tentación de una marcha atrás en las reformas.
El gobierno argentino respondió con rapidez a las recomendaciones de Camdessus al anunciar este jueves que destinará unos 500 milones de dólares provenientes del Banco Mundial para ampliar una red de protección social que mitigue los efectos de la política económica aplicada desde 1991.
Cerca de 600 millones de dólares se orientaron a la atención de áreas prioritarias, como la red de protección social, para paliar los efectos negativos de la desocupación, sostuvo el secretario de Control Estratégico, Alberto Abad, al finalizar una reunión del consejo de ministros.
Abad admitió que el presidente Carlos Menem expresó su preocupación por los violentos conflictos sociales estallados en los últimos días, entre ellos el ocurrido en la norteña provincia de Jujuy.
Allí la Gendarmería (policía de fronteras) reprimió esta semana por dos días consecutivos a los pobladores de la localidad de General San Martin, quienes reclaman por fuentes laborales.
Antes de la protesta en General San Martín, donde cerró el ingenio azucarero Ledesma, uno de los más grandes de América Latina, también se produjeron bloqueos a las carreteras en la norteña localidad de Tartagal, en la sureña de Cutural Co y en la industrial Rosaario, la segunda ciudad del país.
Al ser consultado por la prensa sobre esos episodios Camdessus los calificó de "lamentables y dolorosos".
"Pero creo que no denotan por sí mismos un malestar por una posible crisis de mayor magnitud", dijo el director gerente del FMI darante una conferencia de prensa, al finalizar la undécima convención de la asociación de bancos privados, a la que fue especialmente invitado.
Asimismo, alertó que "de no resolverse con éxito los problemas de desigualdad no habrán producido estos años de esfuerzos lo que era su verdadera justificación, es decir mayores ingresos y justicia para todos".
"Además la prosperidad quedaría fundamentalmente amenazada por las tensiones que pueden generar las frustraciones exacerbadas, presa fácil de todos los populismos de sobra conocidos", advirtió el financista francés, quien este miérrcoles se entrevistó con Menem.
El cambio de discurso que refleja ahora una preocupación por las cuestiones sociales responde a la inquietud de que una eventual crisis en países que adoptaron las recetas del FMI pueda provocar una marcha atrás en las reformas economicas, señalaron comentaristas locales.
Como un maestro de escuela, Camadessus dejó también "tarea para el hogar" en Argentina convocar lo que definió como "una segunda generación" de reformas económicas, que incluye un mayor celo financiero y nuevos avances en la modificación de las leyes laborales, tras la etapa de privatizaciones.
Las deficiencias em la recaudación impositiva y la evasión fiscal, estimada en 24.000 millones de dólares anuales, constituyen el eje para el FMI de la posible concesión de un crédito de "facilidades ampliadas" hasta el año 2000.
Camedessus insistió también en Buenos Aires en la necesidad de hacer más transparente el sistema judicial y en avanzar en la liberalización de las leyes laborales. (FIN/IPS/of/dg/if-ip/97
