AMERICA: Clinton en busca del tiempo perdido

La vieja tradición se mantiene. Estados Unidos sólo presta atención a América Latina cuando percibe alguna amenaza inmediata o futura a sus intereses en la región. Así sucedió en los años de la guerra fría y vuelve a ocurrir en la era de la "globalización".

Antes, la amenaza era ideológica pero ahora es básicamente comercial.

Bastó que Washington vislumbrara en el horizonte latinoamericano la posibilidad de perder influencia comercial frente a los europeos y los asiáticos para que el presidente Bill Clinton relanzara su maquinaria diplomática hacia la región.

El mandatario inicia esa semana su ofensiva por América Central, una zona que no llega a ser comercialmente importante para Washington pero ocupa una posición política clave en la estrategia de la Casa Blanca para la creación del Area de Libre Comercio de América (ALCA).

La principal preocupación de Clinton es neutralizar la resistencia de los países del Mercosur para acelerar la puesta en marcha del ALCA.

Esa preocupación es aún más visible pocos días antes de un encuentro hemisférico de ministros de Comercio en Belo Horizonte, Brasil, previsto para los días 12 y 13.

La reunión de Clinton con los presidentes de los siete países del istmo más el de República Dominicana indica que el mandatario estadounidense espera atraer a sus interlocutores a su propuesta de anticipar el máximo posible la creación del ALCA.

Sería una forma de reducir el alcance del Mercosur, un bloque que reúne a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y que atrae cada vez más a otros países del área.

Las dificultades actuales de la Casa Blanca en el continente resultan del gran interés dispensado por Clinton a México por causa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) desde el inicio de su primer mandato en 1992.

El presidente estadounidense intentó recuperar espacio político al promover la cumbre de Miami de diciembre de 1994. Pero hechos posteriores en la agenda de Washington acabaron por colocar otra vez a América Latina en el congelador diplomático.

El Mercosur, y en especial Brasil, es actualmente el principal obstáculo a la estrategia estadounidense de recuperar la hegemonía en materia de integración económica regional, afirmó Andrés Oppenheimer, comentarista latinoamericano del diario Miami Herald.

Las autoridades brasileñas están en la mira de Clinton por el peso que Brasil tiene en el contexto latinoamericano y porque Estados Unidos no desea permitir iniciativas autónomas que generen un aumento de la influencia europea en el continente.

Un reciente estudio del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas de Río de Janeiro demostró que Brasil y Argentina tendrían mucho más ventajas económicas en acercarse a Europa que a Estados Unidos, tomando en cuenta los indicadores comerciales actuales.

Todo indica que recién ahora Clinton y sus asesores internacionales se han dado cuenta de la urgencia de recuperar el tiempo perdido en los seis últimos años, en los que prestaron una muy escasa atención a América Latina, ya que la situación empieza a escapárseles de las manos. (FIN/IPS/cc/dg/if/97

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