AMERICA CENTRAL: En busca de un diálogo integral con EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, encontrará esta semana, al llegar a Costa Rica, una América Central con la madurez política necesaria para demandar a Washington un diálogo integral y una relación entre iguales, y ya no acuerdos parciales y pequeñas dádivas.

Clinton llegará el miércoles por la noche a San José y se reunirá el jueves con los gobernantes de América Central, Belice y República Dominicana.

El istmo, que por primera vez recibe en democracia y sin guerras a un presidente estadounidense, aspira a lograr un diálogo político general con su vecino del Norte sobre todos los temas de interés para ambas partes.

De hecho, tras la visita de Clinton, América Central será la primera región en el mundo en tener esa relación privilegiada con Estados Unidos, que se expresará a través de un foro de diálogo al más alto nivel, de periodicidad aún no determinada.

"Creemos que esta es la oportunidad para restablecer un diálogo político que nos permita diseñar estrategias comunes y consolidar los avances del desarrollo", dijo el domingo el presidente costarricense José María Figueres.

A diferencia de una década atrás, cuando la confrontación y las divergencias dominaban las relaciones entre Estados Unidos y América Central, hoy las diferencias, si existen, son de matiz.

Clinton llega para dar mayor impulso a su proyecto de una zona continental de libre comercio, un proyecto respaldado por los gobiernos de América Central.

La diferencia es de tiempo. El istmo no quiere esperar hasta el 2005, cuando supuestamente entrará a regir el Area de Libre Comercio de América, para tener un tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Lo quiere antes de esa fecha por varias razones. En primer lugar, según indicó el ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, José Manuel Salazar, Centroamérica pretende una relación madura.

Eso significa superar los esquemas de preferencias comerciales unilaterales, que pueden ser removidos, y asentar los vínculos en la reciprocidad y en reglas modernas de comercio e inversión.

En segundo término, desde ahora hasta el 2003, los países centroamericanos pondrán en práctica una serie de medidas de apertura y desregulación, según los acuerdos de la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales.

América Central implementa esas medidas por presión de Washington y para mantener su acceso al mercado estadounidense.

Estados Unidos es el principal socio comercial de la región centroamericana. El 50 por ciento de las exportaciones del istmo se dirigen a ese mercado y de allí proceden más de 50 por ciento de sus importaciones.

Estados Unidos no aplica aranceles aduaneros a 90 por ciento de los productos que adquiere en América Central, pero las importaciones con origen en ese pais pagan aranceles en el istmo.

Dada esa relación, el canciller costarricense Fernando Naranjo observa que un tratado de libre comercio con América Central conviene más a Estados Unidos que a los centroamericanos.

La insistencia de los gobiernos de la región por el libre comercio radica más en el interés por las inversiones estadounidenses que en el aspecto comercial.

Desde que entró en vigencia el tratado de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, en 1995, los gobiernos centroamericanos se quejan de que la inversión se desvía a México, por su cercanía con el mercado estadounidense.

Clinton no firmará acuerdos de libre comercio en su visita al istmo pero, para los centroamericanos, la ocasión marcará el inicio de una nueva relación con Estados Unidos, que eventualmente conducirá a un tratado antes del 2003.

Los temas acordados para la agenda se clasifican en políticos, económicos, sociales y ambientales.

La declaración que se desprenda de la reunión será redactada en términos generales, aunque anunciará decisiones importantes, adelantó Luis Guillermo Solís, director de Política Exterior de la cancillería costarricense.

Solís destacó que el proyecto de declaración contempla la ampliación del acuerdo ambiental Conca-USA, que abriga, entre otros, los programas de implementación conjunta que lleva adelante la región con Estados Unidos.

La implementación conjunta es un esquema piloto previsto en la Convención de Cambio Climático para ayudar a los países industrializados a cumplir sus compromisos de reducción de emisiones de dióxido de carbono, causantes del llamado efecto invernadero.

De acuerdo con ese plan, los países del Norte industrial financian programas de reforestación y de adquisición de nuevas tecnologías en el Sur en desarrollo.

Solís observó que sólo Centroamérica mantiene un acuerdo con Estados Unidos en esta materia, y que ambas partes llevarán una misma posición a la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático, que se realizará a fin de este año en Japón y en la que se definirá el futuro de este esquema.

Solís considera que Conca-USA será la columna vertebral del diálogo integral entre Estados Unidos y América Central, porque es el área en la cual Washington está dispuesto a aportar recursos.

"Esta visita de Clinton no nos dará todavía una relación de tú a tú con Estados Unidos, pero es un avance importante hacia ello, porque ahora el diálogo es más maduro. El peso específico de los factores políticos ha cambiado mucho", indicó el funcionario.

También destacó que América Latina es hoy un mercado apetecido por otros polos de influencia, como Europa o los países asiáticos, por lo cual Estados Unidos no puede descuidar la región. (FIN/IPS/mso/ff/ip/97

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