Un parlamentario, un exportador y un instituto especializado advirtieron que Panamá podría quedar fuera de los mercados internacionales de alimentos por el uso excesivo e indiscriminado de productos químicos en su agricultura.
El empresario exportador Luis Barraza, ex presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, indicó que este país ha comenzado a perder clientes en el exterior debido a ese problema.
La agricultura panameña emplea anualmente un promedio de tres kilogramos de agroquímicos por cada uno de los 2,5 millones de habitantes del país, según estadísticas del Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
Se trata de una proporción más de seis veces superior a la que se registra internacionalmente y casi tres veces por encima de la media en el conjunto de América Central.
Barraza observó que una cargamento de frijoles panameños fue rechazado por varios países, debido a que la cantidad de agroquímicos vertida sobre ese producto "ha sobrepasado los límites permitidos en esos mercados".
Sin embargo, esos mismos granos se destinan al mercado local, "una situación que pone en peligro la salud de todos los panameños", advirtió.
Así mismo, las legumbres y hortalizas tienen tal nivel de contaminación "que incluso los campesinos que los producen en las tierras altas de Chiriquí (frontera con Costa Rica) se niegan a consumirlos", dijo Barraza.
Entre esos vegetales se encuentran el tomate de consumo doméstico, que presenta manchas blancas por acumulación de agroquímicos, así como el perejil, la cebolla y la papa, a los cuales se aplica el herbicida Gramoxone, prohibido en Estados Unidos y en otras naciones del Norte.
Barraza denunció que los cultivos de perejil son fumigados hasta 26 veces en un período de 90 días para preservarlos de las hierbas dañinas y de insectos depredadores.
Unas 25 casas distribuidoras importan anualmente a Panamá más de 7.000 toneladas de agroquímicos. Un tercio son pesticidas y el resto se reparte entre herbicidas, fungicidas y abonos e insumos para otro uso.
La extensa lista incluye 267 diferentes marcas de tóxicos para uso en la agricultura y jardineria que los usuarios pueden adquirir en los supermercados, ferreterías y hasta en tiendas de venta de comestibles.
El Instituto de Investigaciones Agropecuarios (IDIAP) señaló que el uso descontrolado de pesticidas, herbicidas y fungicidas en el agro están provocando "muertes por causas difíciles de definir" entre asalariados y campesinos.
Las plantas "absorben pesticidas del suelo y lo concentran en sus tejidos, con el consiguiente peligro potencial para el hombre y los animales" si se trata de especies "comestibles o forrajes", advirtió el IDIAP.
Barraza reclamó medidas urgentes para controlar el uso de agroquímicos. De otro modo, la producción agrícola desaparecerá, hundida por "el peso de las restricciones ecológicas que se estan imponiendo" en los mercados internacionales.
El diputado Joaquín Franco, autor de un proyecto de ley para limitar el uso de agroquímicos, advirtió que si las autoridades no adoptan medidas urgentes, el país podría perder su exportación de alimentos.
Alberto Arjona, de la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos Agropecuarios, aseguró que "las empresas (distribuidoras) no son culpables de esa situación".
Arjona explicó que las 25 compañías distribuidoras cuentan con programas de asistencia técnica para orientar a los usuarios en el empleo de los agroquímicos.
Además de impedir la importación de productos prohibidos en los países de origen, el proyecto de Franco faculta al Ministerio de Salud a vetar o restringir el uso de agroquímicos que resulten nocivos para la salud humana, la flora o la fauna.
También obliga a los distribuidores a estampar una etiqueta en español con advertencias para el uso seguro del producto, y a retirar del mercado en un plazo de 90 días todos los agroquímicos peligrosos para la salud humana.
Así mismo, el proyecto de ley establece la obligatoriedad de someter el producto importado a un estudio de residuos toxológicos en el Instituto Especializado de Análisis de la Universidad de Panamá antes de ponerlo a la venta. (FIN/sh/ff/en dv/97