YUGOSLAVIA: Gobierno de Montenegro sobrevive al acoso de Serbia

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, quedó debilitado tras su infructuosa batalla por el control de la república de Montenegro, su socia menor de la Federación Yugoslava cuyo gobierno le es hostil.

Milo Djukanovic hizo frente al desafío de Milosevic y decidió este miércoles permanecer al frente del gobierno de Montenegro después de una agitada reunión a puertas cerradas en Podgorica, capital de la república, con los dirigentes de su partido.

De ese modo, la guerra de nervios entre Djukanovic y Milosevic terminó con una victoria montenegrina.

El primer ministro de Montenegro, de 35 años de edad, no oculta sus sentimientos hacia el presidente de Serbia, quien, dijo, no merece "ningún cargo político" en el futuro porque fue "incapaz de afrontar los desafíos" del mundo moderno.

Djukanovic acusa a Milosevic de refrenar las reformas políticas y económicas y atribuyó a las actitudes de Serbia el prolongado aislamiento internacional de Yugoslavia.

"Estoy convencido de que Slobodan Milosevic cometería un completo error si permanece en cualquier posición en la vida política yugoslava", dijo el líder montenegrino.

Después de un debate que insumió nueve horas a la Junta Central del Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro (DPS) que concluyó la mañana del miércoles, Djukanovic accedió a cesar a dos ministros de su gabinete pero se mantuvo con firmeza en su puesto.

El DPS está hermanado con el Partido Socialista de Serbia, cuyo líder es Milosevic, quien intentó a lo largo de todo un mes voltear a Djukanovic luego de que el joven primer ministro criticó su acción de gobierno.

El presidente de Montenegro, Momir Bulatovic, otrora un aliado de Djukanovic, disparó desde la trinchera de Milosevic y se convirtió en la figura clave en esta batalla de poder sin precedentes.

Fuentes del DPS dijeron que Milosevic pidió a Bulatovic que se pronunciara con claridad. El presidente serbio dejó claro que deseaba el cese de todo el gobierno montenegrino, incluso el de Djukanovic.

Además, reclamó la salida del viceprimer ministro, Slavko Drljevic, quien postula la adopción de una moneda nacional separada del dinar yugoslavo, y del ministro de Cultura Goran Rakocevic, quien criticó a Milosevic.

El presidente serbio también pidió la cabeza del jefe de la misión comercial de Podgorica en Washington, Radko Knezevic, quien había calificado a su gobierno de "dictadura".

Djukanovic aceptó cesar a Drljevic, Rakocevic y Knezevic, pero se mantuvo en la jefatura de gobierno.

El primer ministro montenegrino lanzó un amplio programa de apertura en su república que ya dejó 95 por ciento de su economía fuera del control del estado, lo que contrasta con la conservadora actitud de Milosevic, que ni siquiera comenzó a recorrer ese camino.

La estrategia de Djukanovic consiste en abrir Montenegro al mundo exterior sin esperar a Serbia. Podgorica sufre las sanciones internacionales impuestas a la Federación Yugoslava por la participación de Serbia en la guerra en Bosnia-Herzegovina.

Además, Djukanovic se alineó frente a la opinión pública con la oposición serbia durante los tres meses de protestas a causa de los fraudes cometidos en las elecciones locales de 1996.

Todo esto supone un desafío a la autoridad de Milosevic, y muchos consideran que el gobierno de Montenegro no podrá resistir mucho tiempo.

"Muy pronto veremos si Milosevic ha apelado a todos sus viejos trucos. El es el mejor jugador en cualquier intriga o complot al estilo comunista. No está acostumbrado a perder este tipo de partidos y no renunciará con facilidad", dijo Jovan Radovanovic, analista del diario independiente Nasa Borba.

Djukanovic goza de la confianza de su gobierno y de los empresarios de su república, por lo que será difícil que el presidente Bulatovic logre borrarlo del mapa a pedido de Milosevic.

Pero el gobernante montenegrino no es un ángel, según los observadores. Sesenta por ciento del presupuesto estatal procede de varias operaciones de comercio exterior de dudosa legalidad que promovió el primer ministro.

Casi dos tercios de los 650.000 habitantes de Montenegro dependen de forma total o parcial del dinero que reciben del estado, desde educadores y policías a jubilados. "Los pagos regulares son clave en la popularidad de Djukanovic", dijo Dragoljub Vukovic, periodista en Podgorica.

Pero también está en juego la presidencia de la Federación Yugoslava. El actual mandato de Zoran Lilic concluirá en junio, y Bulatovic se pronunció a favor de Milosevic, quien no podrá ser reelecto en las próximas elecciones como presidente de Serbia. (FIN/IPS/tra-en/vpz/mn/rj/mj/ip/97

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