VIETNAM: Los taxistas heroinómanos son la punta de un gran ovillo

Antes de subir a un taxi en la capital de Vietnam, no es mala idea pedir al conductor que exhiba su examen de orina. Uno de cada cuatro choferes de la principal empresa de taxis de la ciudad son adictos a la heroína.

La policía de Vietnam descubrió el hecho durante una investigación sobre narcotráfico en el país, informó el diario Nham Dan, portavoz del gobernante Partido Comunista. Y algunos taxistas eran tanto consumidores como vendedores de la droga.

Las autoridades continuaron su investigación y, a través de exámenes de orina, detectaron 26 heroinómanos entre los choferes de otra compañía de taxis.

A diferencia de sus colegas en otras partes del mundo, los taxistas vietnamitas carecen de experiencia y son de reacciones lentas, como si estuvieran acostumbrados a conducir bicicletas y no vehículos motorizados. En 1996, fueron responsables de un tercio de los accidentes de tránsito en Hanoi.

El régimen vietnamita dispuso el año pasado duros castigos a quienes cometan delitos relacionados con drogas ilegales, entre ellos la pena de muerte, como parte de una enérgica campaña dirigida a frenar la corrupción y el narcotráfico.

Tanto el tráfico como el consumo de drogas aumentó de forma dramática en Vietnam, que se convirtió en la principal ruta de la heroína procedente del "triángulo dorado", región productora de opio y heroína que incluye partes de los territorios de Birmania, Laos y Tailandia.

Los 200.000 drogadictos de Vietnam consumen 20 millones de toneladas de opio cada año, según estimaciones. Tanto las capturas de droga como los arrestos están en aumento.

Los expertos internacionales afirman que los funcionarios a cargo del combate contra las drogas están mal entrenados y cuentan con escasos equipos.

Vietnam heredó el problema del narcotráfico de las antiguas autoridades coloniales francesas. Durante casi dos centurias, el opio fue un ingrediente fundamental de la política y la sociedad.

La adormidera crece con facilidad y se adapta bien a terrenos accidentados y poco fértiles como el vietnamita. Casi siempre se cultiva a 600 metros sobre el nivel del mar. Las zonas de Indochina en esas condiciones están habitadas por minorías étnicas nómadas, en especial el pueblo hmong.

La policía se comprometió a acabar con el consumo de narcóticos en las escuelas antes del 26 de junio, día internacional del control de drogas.

El año pasado, las autoridades utilizaron 30 millones de dólares en la lucha contra el comercio y el consumo de drogas ilícitas. En los últimos cinco años, la cantidad de casos presentados ante la justicia aumentó 35 por ciento.

El gobierno presentó en las últimas semanas un Plan Maestro de Control de Drogas que tiene como objetivo la eliminación de todo cultivo de adormidera antes del 2000 y el establecimiento de alternativas sustentables para los agricultores.

La superficie cultivada con la planta del opio es de 4.000 hectáreas, pero no hace mucho era de 20.000. Cada año se cosechan allí 13 toneladas de opio, lo que no es mucho comparado con las 120 toneladas producidas en Laos y 2.000 en Birmania.

La Asamblea Nacional (parlamento vietnamita) prohibirá este mes el cultivo de adormidera, pero los legisladores advierten que el problema es el desarrollo económico y social de las zonas cuyos habitantes obtienen su sustento de ese producto.

"Debemos introducir cultivos de alternativa u otras actividades que generen ingresos para una erradicación exitosa. De otro modo, la adormidera reaparecerá", informó la Asamblea Nacional.

Más de 20 narcotraficantes, entre ellos varios extranjeros, fueron condenados a la pena de muerte desde que el parlamento introdujo en 1992 ese castigo para las actividades relacionadas con la droga.

El ciudadano canadiense Nguyen Thi Hiep, de 40 años, y su madre Tran Thi Cam, de 71, fueron condenados a muerte luego de ser arrestados en el aeropuerto de Hanoi en abril de 1996, donde intentaban transportar 5,5 kilogramos de heroína fuera del país. Ambos aguardan la respuesta a la apelación.

El 28 de marzo, Chan Chun Hung, de 35 años, y Sun Chi Kim, de 33, ambos residentes en Hong Kong con pasaportes británicos, fueron sentenciados a muerte en ciudad Ho Chi Minh, donde hicieron escala con 18 kilogramos de heroína procedentes de Tailandia con destino a Europa occidental.

Las autoridades temen que el problema crezca, en particular en el norte de Vietnam, por donde pasa rumbo a China la heroína producida en laboratorios en Laos.

Los expertos internacionales pronostican que Vietnam puede convertirse en un nuevo país de tránsito del narcotráfico debido a las mejoras en la vigilancia en China, y también en Tailandia, que en los años 80 fue el principal nudo del narcotráfico en la región.

Los gobiernos de Birmania, Camboya, China, Laos, Tailandia y Vietnam admitieron en una declaración conjunta que deben combatir el narcotráfico a través de una estrategia equilibrada que combine la reducción de la oferta y la demanda y el aumento de la vigilancia. (FIN/IPS/tra-en/sb/an/mj/ip/97

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