VENEZUELA: Inflación es la más baja del gobierno de Caldera

Venezuela tuvo en marzo un movimiento de precios de 1,6 por ciento, el más bajo durante los más de tres años de gestión del gobierno de Rafael Caldera, lo que coloca la acumulada en el primer trimestre como el menor en ese periódo.

Durante los dos primeros meses la tasa de inflación se situó en 2,6 y 2,3 por ciento, en una resistencia de los precios a caer que mostró como utópica la ya revisada meta oficial de un índice de precios al consumidor que se movierá en un tope de 25 por ciento, ahora elevada a 35 por ciento.

La inflación acumulada durante el primer trimestre se situó en 6,6 por ciento, mientras que en 1996 para este momento ya habia alcanzado un nivel de 23,9 por ciento.

Pero en forma paralela a la difusión de las alentadoras cifras de inflación anunciadas por el Banco Central, medios locales subrayaron que el Fondo Monetario Internacional (FMI) exige para seguir respaldando el plan económico aplicado desde abril de 1996.

El gobierno de Caldera retomó la senda neoliberal tras dos años de fracasados controles, con un impacto inflacionario en mayo de 12,6 por ciento, para ir después descendiendo lentamente, sin evitar que en 1996 Venezuela tuviera el índice de precios más alto de su historia, de 103,7 por ciento.

Durante 1994, el primer año de gestión de Caldera, la inflación casi se duplicó, para llegar a 60,8 por ciento, y en 1995 fue de 59,9 por ciento.

La inflación mensual de marzo fue de hecho la más baja en Venezuela desde enero de 1992, cuando un mes después el país entró en un periodo de volatilidad política, con dos frustadas intentonas golpistas ese año y la separación anticipada del poder de Carlos Andrés Perez, en mayo de 1993.

Pero en términos interanuales, la inflación se mantiene como la más alta de América Latina, con una tasa de 74,8 por ciento.

Analistas económicos y opositores políticos dudan que la inflación baje este año de 45 por ciento, debido a que está previsto un aumento de los represados salarios y los empleadores trasladarán a los precios el costo del covenido cambio de régimen laboral, lo que provocará un repunte entre mayo y julio.

El FMI se resignó, tras el envio de una misión al país en marzo, a subir la meta inflacionaria a 30 por ciento, pero rechazó que se desista de usar todas las armas de austeridad fiscal para contenerla en ese límite y amenazó con dejar de respaldar al país si eso no sucede.

El ministro de Hacienda, Luis Matos, recordó que el acuerdo "stand by" con el FMI ya terminó y que Venezuela usó sólo 500 millones de dólares de los 1.400 convenidos, porque la rápida recuperación de las reservas internacionales lo hizo innecesario.

Pero admitió que el acuerdo con el FMI es importante como aval internacional del país e indicó que el primer interesado en contener la inflación es el gobierno, pero no a costa de mantener la penuria social y cambiar un régimen laboral y de seguridad social, que es el mayor logro del gobierno de Caldera.

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) destacó que en los tres últimos años se combinó en Venezuela una pernicioso coctel de recesión económica, alta inflación y neto retroceso en la lucha contra la pobreza.

Organismos oficiales llegan a situar el porcentaje de la población en pobreza en 80 por ciento de los 22 millones de venezolanos, con 45 por ciento en pobreza crítica.

El Banco Interamericano de Desarrollo, por su parte, ha indicado que Venezuela vio caer el salario real en más de 60 por ciento esta década, 40 por ciento durante el pasado bienio, en lo que ha hecho anidar una creciente tensión social y laboral, pese a las buenas perspectivas macroeconómicas del país.

Caldera, según una encuesta regional, es uno de los tres presidentes menos queridos por la población de su país. (FIN/IPS/eg/ag/if/97

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