Un sargento y un cabo de la marina de Venezuela fueron muertos hoy en un puesto fronterizo y otro resultó herido a causa de un ataque de la guerrilla colombiana, según aseguraron portavoces militares.
El gobierno envió una protesta diplómatica a Colombia, mientras el ministro de Defensa, Pedro Valencia, se reunió con el presidente Rafael Caldera para analizar la situación, y tropas de refuerzo fueron enviadas al sitio de los hechos.
El incidente sucedió en La Victoria, sobre la ribera venezolana del fronterizo río Arauca, 800 kilómetros al suroeste de Caracas, donde hubo otro ataque en febrero, que provocó la muerte posterior de un niño colombiano.
La Victoria, en el llanero y poco accesible estado de Apure, es cercana a Carababo, donde en otro ataque de la guerrilla colombiana fueron muertos ocho infantes de marina venezolanos. Ese episodio, especialmente violento, con el degollamiento y corte de la lengua a algunas víctimas, afectó seriamente los nexos con Bogota.
Fuentes independientes aseguran que en esta década ha habido más de 100 ataques a áreas fronterizas venezolanas por parte de grupos armados colombianos, con el saldo de 60 militares muertos.
Los ataques de la guerrilla, el secuestro por grupos irregulares de ganaderos y empresarios asentados en el área fronteriza, así como el robo de avionetas en la misma zona por parte de narcotraficantes colombianos, son una espina crecientemente sangrante que perturba los lazos bilaterales.
Además, han provocado flagrantes violaciones de los derechos humanos en el área por parte de efectivos de seguridad y en particular militares, lo que ha provocado diversas crisis con la población civil instalada en la frontera.
Caldera creó en 1996 varios teatros de operaciones, que suponen mayor presencia militar y un virtual estado de excepción en los estados limítrofes con Colombia, donde la autoridad castrense tiene un papel preponderante.
El sargento Ernesto Hernández y el cabo Carlos Castro fallecieron cuando eran trasladados en helicóptero al más cercano hospital.
No se informó aún sobre el número de atacantes ni si hubo bajas entre ellos, pero al parecer, el contingente irregular se retiró -incluso con sus posibles heridos- a zona colombiana, una vez producida la agresión-sorpresa, tal como sucedió otras veces.
En el palacio presidencial de Miraflores se informó que el ataque se produjo a las 11:16 horas locales de este miércoles (15:16 GMT).
La crisis fronteriza, de la que el gobierno venezolano se siente víctima de males importados desde Colombia y que no reciben atención suficiente por parte de las autoridades vecinas, ha creado momentos de alta tensión desde que Caldera llegó al poder en febrero de 1994.
El destituido ministro del Ambiente Roberto Pérez Lecuna llegó a expresar antes de abandonar su cargo en marzo que "las mejores relaciones con Colombia son no tener ninguna".
Otro foco de tensión es el irresuelto diferendo sobre la delimitación de las aguas del llamado Golfo de Venezuela, al extremo nororiental de este país.
El manejo de las cuencas hidrográficas que en general nacen en Colombia y mueren en Venezuela es otro foco de creciente tensión, mientras que, en cambio, los dos vecinos mantienen cerca de 2.500 millones de dólares anuales de intercambio comercial y los 2.219 kilómetros de frontera son de los más vivos de América Latina. (FIN/IPS/eg/ff/ip/97